Traducido por el equipo de SOTT.net

Este descubrimiento arroja luz sobre la importancia política y económica del antiguo emplazamiento de Garan, en las fronteras occidentales de la civilización elamita.
brick inscribed with the Akkadian script
© Tehran Times
Según ISNA, los hallazgos se comunicaron durante una sesión especializada titulada "Representación de la perspectiva del valle de Dehloran; basada en los descubrimientos del túmulo de Garan", organizada por el Instituto de Arqueología.

"Garan, situado en el valle de Dehloran, en la actual provincia de Ilam y en la meseta suroccidental de Irán, tiene una superficie de 17 hectáreas. Presenta una prominente elevación en forma de cono en el sur del yacimiento, rodeada de varios montículos irregulares al este, norte y oeste de la prominencia principal", explicó Mohsen Zeinivand, arqueólogo que participó en la excavación.

Zeinivand destacó la excepcional importancia de Garan en los estudios arqueológicos de la región debido a su secuencia organizada de asentamientos humanos desde finales de la Antigüedad hasta el final de la era histórica.

Se transformó en el mayor asentamiento del segundo milenio a.C. hasta finales del periodo aqueménida, lo que reviste una importancia extraordinaria en la arqueología de la zona, señaló el arqueólogo.

En cuanto a los recientes exámenes del yacimiento, Zeinivand explicó: "Los estudios de superficie identificaron numerosos ladrillos rotos con posibles inscripciones. Aunque las inscripciones de estos fragmentos de ladrillo no eran fácilmente descifrables debido al desgaste y la erosión, una muestra reveló palabras parcialmente legibles como 'gobernante', 'hijo' y 'su señor', sugiriendo lengua acadia".

Excavation Site
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Según Zeinivand, las líneas de los ladrillos estampados representan cuatro rasgos distintos: un río, una montaña, una presa o terraplén y canales de riego.

En conclusión, el arqueólogo subrayó que el ladrillo con inscripciones acadias, junto con los ladrillos con dibujos, probablemente ofrezcan información sobre la importancia política y económica de Garan, en las fronteras occidentales de la antigua Elam.

El nombre Elam fue dado a la región por otros -los acadios y sumerios de Mesopotamia- y se cree que es su versión de lo que los elamitas se llamaban a sí mismos -Haltami (o Haltamti)-, que significa "los del país alto". Por tanto, "Elam" suele traducirse como "tierras altas", ya que comprendía asentamientos en la meseta iraní que se extendía desde las llanuras meridionales hasta las elevaciones de los montes Zagros.

Susa fue la antigua capital del Imperio Elamita y, más tarde, capital administrativa del rey aqueménida Darío I y sus sucesores del 522 a. C. A lo largo de los periodos prehistóricos tardíos, Elam estuvo estrechamente ligada culturalmente a Mesopotamia. Más tarde, quizá debido a la dominación de la dinastía acadia (c. 2334-c. 2154 a. C.), los elamitas adoptaron la escritura cuneiforme sumerio-acadia.

Los documentos del segundo periodo, que duró desde el siglo XVI hasta el VIII a. C., están escritos en cuneiforme; la etapa de la lengua que se encuentra en estos documentos se denomina a veces elamita antiguo. El último periodo de textos elamitas es el del reinado de los reyes aqueménidas de Persia (siglos VI al IV a. C.), que utilizaron el elamita, junto con el acadio y el persa antiguo, en sus inscripciones. La lengua de este periodo, también escrita en escritura cuneiforme, suele denominarse nuevo elamita.

Aunque no se han descifrado por completo las tres etapas del elamita, los eruditos conocen varios rasgos gramaticales de la lengua. Entre ellos, la formación del plural con el sufijo -p, los pronombres personales y las terminaciones de varias formas verbales.

La lengua elamita es una lengua extinta hablada por los elamitas en el antiguo país de Elam, que comprendía la región desde la llanura mesopotámica hasta la meseta iraní. Según la Enciclopedia Británica, se han encontrado documentos elamitas de tres periodos históricos. Los escritos elamitas más antiguos están en una escritura figurativa o pictográfica y datan de mediados del III milenio a. C.