Israel ha emprendido una campaña de bombardeos de una semana de duración en el Líbano, asesinando a la mayoría de los dirigentes de Hezbollah, y está en el proceso de lo que describe como un "incursión limitada" hacia su vecino del norte. Antes de eso, miles de personas en el Líbano fueron blanco de artefactos explosivos que supuestamente la inteligencia israelí colocó en preparación para un ataque contra Hezbolá.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró el lunes sus llamamientos públicos a un alto el fuego entre Israel y Hezbolá y dijo a los periodistas en la Casa Blanca: «Me siento cómodo con que se detengan».
Sin embargo, Israel expuso su estrategia militar a Washington en términos generales a mediados de septiembre y recibió la aprobación de los principales asesores presidenciales estadounidenses, Amos Hochstein y Brett McGurk, informó Politico el lunes, citando a dos funcionarios israelíes y cuatro estadounidenses.
Comentario: Lo que diga Joe Biden es irrelevante, ya que es evidente que no está a cargo de Estados Unidos ni de sus políticas. De eso se encarga el Estado Profundo.
La decisión enfrentó oposición dentro del Pentágono, el Departamento de Estado y la comunidad de inteligencia, afirmaron las fuentes. Según se informa, existe la preocupación de que las hostilidades puedan escalar hasta convertirse en una guerra importante, que atraería directamente a Estados Unidos.
La violencia en la frontera norte de Israel aumentó en octubre pasado, después de que el Estado judío asedió el enclave palestino de Gaza en represalia por una incursión mortal del grupo militante Hamás. Hezbollah apoya a los palestinos y ha prometido detener los ataques transfronterizos con cohetes sólo después de que se alcance un alto el fuego en Gaza. El objetivo de Israel es «eliminar» Hamás por completo, y ha rechazado repetidamente los llamamientos públicos de Washington a una tregua.
La creencia en Washington, según Politico, es que el conflicto de Israel con Hamas y Hezbollah puede ser "desacoplado" de alguna manera. La hostilidad en el Líbano ayudaría a frenar la influencia regional de Irán, que apoya a ambos movimientos militantes, según se informa, esperan los funcionarios estadounidenses. Sin embargo, se dice que no están dispuestos a apoyar públicamente la campaña israelí, ya que la estrategia puede resultar contraproducente, lo que significa que Washington sigue pidiendo precaución y reducción de la tensión.
«Ambas cosas pueden ser ciertas: Estados Unidos puede querer la diplomacia y apoyar los objetivos más amplios de Israel contra Hezbollah», Politico citó a un alto funcionario estadounidense. «Claramente hay una línea que la administración está siguiendo, pero no está claro cuál es esa línea».
Comentario: Israel no podría hacer la guerra sin el pleno apoyo de EEUU. Sin el suministro continuo de armas estadounidenses, Israel tendría que conformarse con la paz en 24 horas. En lugar de ello, hace la guerra en Gaza, Líbano, Siria y Yemen, todo al mismo tiempo. Tal vez Israel tiene la sensación de que no será capaz de hacer eso si Trump gana las elecciones en noviembre y por lo tanto desea utilizar los potencialmente últimos días de la administración Biden/Harris para actuar. Nadie en los EE.UU. que quiera ser elegido en noviembre, se atreverá a hablar en contra de Israel y lo sabe.
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