¡Que no cunda el pánico!
Las autoridades lo encontraron con el uso de drones. Se trataba de una cueva en las montañas cerca de su ciudad natal, en la provincia de Yunnan, al suroeste de China.
Las apariencias engañan. Por su vidriera, la tienda de la hija de un rabino en Tel Aviv parece una boutique de ropa cara, pero una vez que se cruza la puerta, el cliente se topa con vibradores, consoladores y consejos "kosher".
El ingenioso robo de una carretilla por parte de dos niños rusos arrasa en las redes. Las imágenes, captadas por una cámara de vigilancia, han recabado millones de visitas desde el martes pasado debido a la persistencia e inteligencia de los muchachos para hacerse con su preciado trofeo.
Los niños prueban sucesivamente una serie de fórmulas, cada vez más complejas, para elevar la pesada carretilla metálica y hacerla pasar por encima de una valla metálica.
Al verse frustrados en su primera tentativa de pasar la carretilla por encima de la verja metálica (no eran lo suficientemente fuertes ni lo bastante altos), los niños trataron de colocar dos improvisadas banquetas, una encima de la otra. Pero la madera fue demasiado frágil. La construcción se desmorona por culpa del peso combinado de la carretilla y uno de los niños.
Cilla Carden es una mujer australiana que vive en Girrawheen, una pequeña localidad al norte de Perth, en el oeste del país. Su vida era tranquila y plácida hasta que sus vecinos tomaron la decisión de instalar una barbacoa en su jardín: desde entonces, el olor a pescado es constante en su vida y ella no lo puede soportar... porque es vegana.
Además del olor que desprenden los alimentos que consumen sus vecinos, Cilla también se ha quejado del humo de sus cigarrillos, del ruido que hacen los niños jugando al baloncesto o de la luz que han instalado en el jardín; incluso de los sonidos que emiten las mascotas de las personas que viven a su lado. Por eso les ha denunciado ante los tribunales australianos.
La Policía de Plainwell (Michigan, EE.UU) está buscando a un desacertado ladrón que quiso robar en la tienda de una gasolinera creyendo que estaba cerrada y para entrar rompió el cristal de la puerta. Los hechos fueron registrados por una cámara de vigilancia la madrugada del lunes.
Este es el caso de los vídeos explicativos sobre la vida de las gallinas que han protagonizado dos jóvenes que pertenecen al santuario Almas Veganas. En una de las grabaciones, que han corrido como la pólvora en las redes sociales, las mujeres aparecen estallando unos huevos contra el suelo porque ellas les "devuelven sus huevos" a las gallinas "porque son suyos", aseguran. La reacción de las gallinas es comerse sus propios huevos, ¿están fomentando el canivalismo entonces?, se preguntan algunos tuiteros.
Un perro callejero en Bangkok (Tailandia) disfruta fingiendo tener la pata izquierda rota para así ganarse la simpatía de los transeúntes. El perro fue bautizado como Gae por los lugareños, los mismos que aseguran que hace este truco regularmente con la esperanza de recibir mimos y comida.