
La política exterior de Estados Unidos se transformó por completo desde la llegada de George W. Bush a la Casa Blanca, en 2001. Durante los 13 últimos años, los principales personajes del Partido Republicano, que disponía de una minoría - y a veces de una mayoría - capaz de bloquear importantes iniciativas políticas del presidente demócrata Barack Obama, fueron literalmente comprados por un gangster que se jacta abiertamente de su generosidad financiera.
Su nombre es Sheldon Adelson y casi nadie ha oído hablar de él fuera de Washington. Pero la revista Forbes lo clasifica como el tercer estadounidense más acaudalado, con una fortuna estimada en 37.000 millones de dólares (equivalente a 27.000 millones de euros).
En el marco del proceso «Citizen United versus Federal Election Commission», la muy conservadora mayoría de la Corte Suprema estadounidense bloqueó, en enero de 2010, la aplicación de una ley casi centenaria que limitaba las sumas de dinero que las grandes empresas privadas pueden dedicar a acrecentar su propia influencia política. La Corte Suprema abrió así a los grandes patrocinadores la posibilidad de brindar [a los políticos estadounidenses] aportes financieros prácticamente ilimitados.
Comentario: Después de meter a los fascitas en el gobierno provisional, después de toda la sangre vertida... Ahora nos venden que van a ayudar a los ucranianos. El descaro de EE.UU. no tiene límites.