Lo inimaginable acaba de suceder: por encargo del Pentágono y de la CIA se ha desarrollado un proyectil cuya alta sofisticación le permite, según sus creadores, "dirigirse por sí solo, corregir su vuelo e impactar en un blanco designado a través de un sensor óptico".
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Un equipo de ingenieros del Laboratorio Nacional de Sandia, una suerte de dependencia de
Lockheed Martin Corp., con sede en Albuquerque, ha preparado este nuevo tipo de munición, sumamente eficaz para eliminar blancos con una total certeza,
está guiada por unas aletas de corrección y de un sensor óptico mediante láser.Hasta el momento, el proyectil diseñado es de bajo calibre, lo que no descarta su mortal efectividad, ya que puede ser de tipo explosivo o portar venenos mortales y agentes patógenos para impactar en la víctima, quien puede estar localizada hasta una distancia de 2000 metros. Su efectividad garantizada, sin embargo es de 1000 metros, con independencia de la visibilidad y otros factores climatológicos.
De acuerdo con sus creadores, dirigidos por Red Jones y Brian Kast,
el sensor óptico detecta un rayo láser dirigido inicialmente hacia el objetivo, el cual permite a su vez controlar la dirección del proyectil mediante un algoritmo, el que direcciona y redirecciona en vivo la trayectoria mediante actuadores electromagnéticos. De esta forma, el proyectil puede ir coorigiendo su rumbo hasta 30 veces en cada segundo, hasta lograr disparos certeros independientemente de las condiciones climáticas o la poca visibilidad.El Laboratorio Nacional de Sandia ha alcanzado renombre por el desarrollo de proyectos de ingeniería y la producción de componentes no nucleares para artefactos atómicos, ubicándose en la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland. Parte del Complejo militar norteamericano, Sandia es un laboratorio administrado por la Administración Nacional de Seguridad Nuclear.