Comentario: El proceso de desestabilización que describe con atino la abogada Eva Golinger en este artículo, puede verse en curso en este momento no sólo en Venezuela sino también en varios países de Latinoamérica. El gobierno argentino también está siendo blanco de las mismas dinámicas intervencionistas. Bolivia ha sido atacado del mismo modo en los últimos años, y fuimos testigos no hace mucho tiempo de la campaña montada en Brasil para desbancar a Dilma Rousseff en las últimas elecciones. El acercamiento de EE.UU. a Cuba después de décadas de desprecio y maltrato es cuanto menos sospechoso.
Mientras tanto vemos que Paraguay desde hace un par de años a quedado a merced de las elites norteamericanas, tropas estadounidenses se están desplegando en Perú, Colombia tiene siete bases militares norteamericanas y es un títere muy funcional a EE.UU. desde hace años, y Chile, gobierne quien gobierne, es el eterno hermitaño regional que nunca se compromete con la independencia de Latinoamérica y sigue a urtadillas manteniendo un canal directo con Washington.
Esta es la Latinoamérica que tenemos hoy. El futuro que se vislumbra es, por decir poco, preocupante...
Hay un golpe de Estado en marcha en Venezuela, y cuenta con el apoyo y la financiación de EE.UU., afirma Eva Golinger, abogada, escritora y autora del programa Detrás de la noticia en RT.
"No se trata solo del derrocamiento físico del presidente o del Gobierno de Venezuela", también hay "esfuerzos en curso para desestabilizar al Gobierno" a través, por ejemplo, del sabotaje económico y la ayuda de los medios de comunicación, opinó Golinger en el programa Breaking the Set (Rompiendo los estereotipos) en RT.
En la prensa estadounidense se habla mucho de lo que está ocurriendo con la economía venezolana, pero la mayor parte de esta información, que es "distorsionada o parcial", se utiliza para justificar cualquier acción contra el Gobierno.
En opinión de la abogada, muchos de los problemas económicos del país son el resultado del "sabotaje intencional por parte de las empresas privadas" u otros actores extranjeros con el fin de provocar escasez, pánico y descontento con el Gobierno de Venezuela.
Venezuela es una democracia, pero uno no lo sabrá si lee la prensa estadounidense o mira la mayor parte de sus cadenas de televisión. Cuando hablan de Venezuela y su Gobierno "lo hacen siempre de una manera despectiva", sostiene Golinger.
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