Historia Secreta
Uno de los grandes enigmas de la investigación prehistórica estriba en desvelar las causas y circunstancias en las que desaparecieron los neanderthales hace unos 30.000 años y cómo se produjo la entrada del hombre moderno (homo sapiens) durante la transición del Paleolítico Medio al Paleolítico Superior. En Cantabria, las excavaciones en la cueva del Castillo (Puente Viesgo) que dirige el catedrático de Prehistoria de la Universidad de León, Federico Bernaldo de Quirós, están revelando información muy valiosa al respecto. El pasado jueves concluyó una nueva campaña y el director del proyecto de investigación, que ha dado por finalizada la exhumación del «problemático» nivel 18, a la vista de los descubrimientos en las excavaciones antiguas y en las modernas, defiende la hipótesis que ambas comunidades humanas convivieron durante un periodo de tiempo en esta cueva.
«Hace escasas semanas publicasteis en El Diario que Svante Paabo, el padre del genoma del neanderthal, visitó la cueva del Mirón y se reafirmaba en que neanderthales y sapiens comparten entre un 3 y un 5% de su ADN, algo que prueba que hubo convivencia, uniones entre ambas razas... Es más sensato pensar en que se produjo una colonización 'insidiosa', como me gusta calificar, que en hipótesis catastrofistas para explicar la desaparición de los neanderthales. La causa auténtica probablemente nunca se sabrá», comenta el catedrático que compartió la dirección de los trabajos con su esposa Victoria Cabrera hasta 2004, fecha en la que la catedrática de la UNED falleció. Cabrera inició en 1980 los trabajos de campo en El Castillo y publicó los resultados inéditos de las excavaciones que Alcalde del Río, Obermaier y Wernet, desarrolladas entre 1910 y 1914 e interrumpidas de forma precipitada por el estallido de la I Guerra Mundial.
"Los restos del antiguo aplanado podrían corresponder a una pintura mural. De ser así, representaría la primera obra de este tipo que se descubre en esa zona prehispánica del norte de México", indicó el INAH.
Los investigadores hallaron los fragmentos de estuco en el suelo y en los bordes de las paredes en un cuarto de la sección Casas Grandes de Paquimé, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.
Había 10 veces más miembros de la especie humana moderna respecto a la populación de neandertales durante todo el tiempo de su coincidencia y competición abierta en el ámbito europeo (desde hace 40.000 a 37.000 años). Las excavaciones arqueológicas evidenciaron la preponderancia de los asentamientos de los antepasados directos del humano contemporáneo, de sus instrumentos de piedra y restos de comida. Pero solo un análisis estadístico realizado por el profesor emérito de prehistoria y evolución humana, Paul Mellars, y su estudiante de posgrado Jennifer French facilitó una conclusión definitiva al respecto.
La selección de los hallazgos sometidos al estudio numérico se centró en el suroeste de Francia donde había sido registrada su mayor concentración. Ofreció unas pruebas claras de que los primeros grupos de 'Homo sapiens' penetraron la región en un número por lo menos diez veces mayor que el de las poblaciones locales de neandertales residentes allí.
Para Sáenz, la Cueva Pintada augura "décadas de investigación arqueológica que aportarán detalles desconocidos sobre la sociedad canaria". El especialista estuvo acompañado ayer, durante la celebración del quinto aniversario de dicha instalación museística, del presidente del Cabildo grancanario, José Miguel Bravo de Laguna; el consejero de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural de la corporación, Larry Álvarez; el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa y el director general de Cultura del Gobierno de Canarias, Aurelio González.
Por este motivo, el yacimiento más importante de Canarias, muestra desde ayer seis nuevas piezas de un gran valor histórico reconstruidas a partir de los restos obtenidos en el poblado aborigen. La exposición La otra vida de los objetos está abierta hasta el 15 de diciembre.
"Los almacenes de la Cueva Pintada tiene alrededor de dos mil quinientas cajas que albergan medio millón de restos arqueológicos", señaló Sáenz. "Y de ellos sólo habremos expuesto un 1%, incluido cerámicas, ídolos, huesos, pintaderas etc".
De lo anterior quedó testimonio en un informe que presentaron los capitanes John Warren Weissheimer y John W. Wright, en el cual detallan las exploraciones que hicieron y lo que encontraron, junto con fotografías, mapas, croquis y dibujos de los sitios; los documentos se encuentran resguardados en los Archivos Nacionales de Antropología del Museo Smithsoniano, en Washington, mismos que fueron recientemente consultados por el arqueólogo Rafael Cruz, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), para complementar las exploraciones actuales de los espacios arqueológicos del Cañón de San Joaquín, Chihuahua.
El investigador destacó que el informe de exploraciones de los capitanes estadounidenses, en el sitio de San Joaquín -donde se calcula que estuvieron del 1 de julio y por lo menos hasta noviembre de 1916-, "es de gran valor arqueológico y ha permitido complementar y corroborar algunos datos en las investigaciones recientes".
Al participar en la XIV Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte, que se realiza en el Museo de las Culturas del Norte, en Casas Grandes, Chihuahua, el arqueólogo presentó una síntesis y evaluación del informe elaborado por los capitanes estadounidenses, y de las investigaciones que él mismo ha realizado desde los años 90 en ese lugar.

El programa analiza el estilo y la selección de palabras para diferenciar partes de un mismo texto.
Durante siglos, los estudiosos de la Biblia han tratado de identificar la mano de varios escritores entre los libros del "divino" documento, siendo sus métodos generalmente rebatidos por los teólogos y tachados en muchas ocasiones de subjetivos.
Sin embargo, un equipo multidisciplinar israelí, integrado por ingenieros, lingüistas y estudiosos de la Biblia y encabezado por el profesor de Informática y Lingüística Moshé Koppel, de la Universidad de Bar Ilán, sometió el texto a una prueba empírica que ha demostrado ser exitosa si se tienen en cuenta las corrientes de autoría de consenso.
"La idea general es que si tenemos cualquier tipo de documento, puede ser la Biblia, una carta o un anónimo en internet, podemos analizarlo y aprender todo tipo de cosas sobre el que los escribió con sólo analizar el tipo de palabras empleadas", explicó Koppel.
Nos dice Vitale sobre el Paleolítico o "periodo recolector" (extraido de Vitale, Luis (1991). "Historia de nuestra América. Los pueblos originarios." Centro de Estudios Latinoamericanos, Santiago de Chile: Ediciones CELA. ISBN 9567172012):
«Esta era - que constituye más del 99% de la historia de la humanidad - está caracterizada por la integración a la Naturaleza de los pueblos recolectores, pescadores y cazadores. Estos primeros hombres se adaptaron al medio, sin afectar la autorregulación del ecosistema. No destruían masivamente las selvas ni las plantas. No exterminaban las especies animales sino que consumían las que eran imprescindibles para su subsistencia. Su dieta se hacía a base de lo que proporcionaba el medio natural. Fueron capaces de generar una tecnología, no debidamente evaluada por los científicos modernos. Tenían otros valores y otra etología con respecto a la Naturaleza.
»No es nuestra intención idealizar a los pueblos recolectores ni presentar una imagen de plena armonía entre estos hombres y la naturaleza. Sólo queremos señalar que en esta fase de la historia, el hombre alcanzó una mejor integración al ecosistema que en etapas posteriores. Un articulista de The Ecologist saca una conclusión interesante sobre este período recolector: "Si las sociedades humanas durante el 99,75% de su existencia en este planeta se comportaron como parte integral de nuestra ecosfera (antes de la invención de la agricultura hace 10.000 años y de la industria hace más de 150 años) no es razonable suponer que tal comportamiento no está sujeto a leyes".
Sólo existe una explicación posible: En el pasado hubo una devastación nuclear de proporciones bíblicas. Cuando Oppenheimer expresó su frase terrible, indignado por su descubrimiento y efectos: " I am become the destroyer of worlds" ("He llegado a ser el destructor de mundos") , se refería claramente a las consecuencias de su hallazgo bélico, pero también a la lectura de los antiguos libros sagrados de la India. Claramente, los desiertos hoy en un gran número de continentes, son el resultado de guerras nucleares de un pasado remoto.
Las imágenes en blanco y negro, están pegadas sobre las páginas del álbum, y no tienen ningún tipo de referencia, ni de dónde fueron tomadas, ni cuándo.
Una curiosidad, aparte de que el álbum haya permanecido en secreto todos estos años, es que hay instantáneas tanto de los soldados nazis, como de las víctimas del exterminio, y todas las fotografías fueron tomadas de muy cerca, teniendo el fotógrafo posiblemente acceso tanto a los campos de concentración como a las tropas de Hitler.
"Este álbum se diferencia de la mayoría de los demás por la calidad de sus fotografías", dice la directora de la colección de fotografía del Museo del Holocausto de Estados Unidos, Judith Cohen. Asegura también que el autor de las imágenes "era claramente un profesional y sabía lo que hacía", por lo que podría haber formado parte de la Propagandakompanie, el cuerpo propagandístico de Hitler.
En una página del álbum se puede ver un grupo de prisioneros en lo que parece un campo de Minsk (Bielorrusia), muy delgados, con la estrella de David pintada sobre la ropa, y cuatro páginas después aparece el "Führer" rodeado de militares.
Los sitios, con un antigüedad que va desde el año 1000 a.C. hasta el siglo XX, se suman a otros 30 registrados por los investigadores de la Universidad de Indiana ante el INAH en los últimos cuatro años, todavía sin explorar.
"Su estudio ayudará a reconstruir la historia prehispánica y colonial de las poblaciones que se desarrollaron en esa región", explicó el organismo encargado de velar por el patrimonio arqueológico e histórico de México.
Los nuevos puntos detectados, que están en proceso de registro, se encuentran en los municipios de San Bartolo, San Carlos Yautepec, San Juan Lajarcia, Nejapa de Madero y Santa Ana Tavela, en la Sierra Sur de Oaxaca.
Según la antropóloga Stacie M. King, responsable de la investigación, por el momento se han hechos trabajos a nivel de superficie, "lo que sólo ha implicado la realización de recorridos en un área de 95 kilómetros cuadrados, además de algunos pozos de sondeo de poca profundidad y extensión".