
La boya marca la posición de un buzo que prospectó ayer la zona donde se amarrará la carabela.
La de ayer fue una prospección inicial, encargada por Portos de Galicia, antes del próximo traslado de la réplica de la nave que trajo la noticia del Descubrimiento a su futuro emplazamiento, para que vecinos y visitantes la contemplen más de cerca cuando caminen por las céntricas calles de la villa real.
Un equipo de submarinistas dirigido por Miguel San Claudio, una autoridad en Galicia en materia de arqueología submarina, se sumergió al mediodía en las mencionadas aguas. No utilizaron maquinaria especializada porque se trataba de una primera toma de contacto con la zona, pero ya se percataron de la trascendencia del hallazgo y así se lo informaron al alcalde, Jesús Vázquez Almuiña.
Los buzos todavía no han podido precisar qué tipo de piezas descansan en el fondo de la bahía, pero sospechan que se trata de material cerámico de uso cotidiano y elementos relacionados con la navegación. El dragado del entorno permitirá sacar a la luz los objetos y analizarlos con más precisión.