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Una de las últimas ciudades subterráneas construidas fue llevada a cabo por Mao Zedong.

Los dignatarios de los diversos gobiernos que ha habido en la historia del hombre, siempre han temido ser invadidos y conquistados por los potenciales enemigos que les rodean. Y como solución pensaron en la construcción de ciudades subterráneas.

Mao fue uno de los últimos gobernadores que ante tal miedo mandó construir su ciudad en las entrañas de la capital de China, Pekín, en el 1960. Su enemigo real, según creía él, era los Estados Unidos de América, en plena guerra fría.

Pero el pasar de los años demostró a los chinos que no necesitaban su ciudad subterránea como baluarte de protección ante un ataque por bombas atómicas. Entonces fueron cerradas las diferentes entradas que la ciudad tenía, resultando en la actualidad una ciudad fantasma.

Todas las ciudades subterráneas que han sido construidas a lo largo de la historia, han tenido que pagar un alto precio en vidas humanas, pues los dirigentes no reparaban en nada más que en la finalización de estas ciudades para aplacar sus miedos interiores.

Yo he tenido la suerte de visitar alguna de estas ciudades, y de verdad os digo que al tocar sus paredes todo mi cuerpo se impregnó de una sensación difícil de explicar. Era como si todas las vivencias de los seres que en ellas han sufrido y amado pasaran a través de mis carnes como si quisieran comunicarme algo que no está escrito en los libros.

Pero esos mismos libros nos han dejado muchos datos de las antiguas ciudades construidas que no debemos pasar por alto. Ciudades como la de Capadocia, las catacumbas romanas, la Cueva de Hércules en Toledo (España), el castillo de Dover y muchas más que nos sumergirán en un entramado de oscuridad y misterio.