Las inundaciones de 2010 en Pakistán desplazaron a millones y fueron un duro revés para la economía nacional. Afectaron vastas áreas, principalmente en Khyber Pakhtunkhwa, Punjab y Sindh y cobraron cientos de vidas. A pesar de las reiteradas declaraciones del gobierno, no se tomaron pasos prácticos para enfrentar la posibilidad de futuras inundaciones y las consecuencias de esta grave negligencia es que las inundaciones están de nuevo provocando caos este año.
A diferencia del año pasado, el ojo de la tormenta este año está en Sindh, donde las aguas de las inundaciones han arrasado numerosas aldeas y desplazado a millones. Según la Comisión Asiática de Derechos Humanos, se estima que la pérdida de cultivos debido a las inundaciones en Sindh ha causado 5,6 millones de rupias en daños. El alcance de la inundación se puede calcular por el hecho que de los 23 distritos de Sindh, 22 han sido afectados directa o indirectamente por los desbordes.
Lamentando la evidente falta de eficiencia por parte del gobierno para abordar la situación, el artículo de la Comisión de Derechos Humanos afirma:
Recién ahora el gobierno está examinando las condiciones de las áreas confinadas y muros de contención que están apenas, si acaso, conteniendo las aguas en la bahía. Mientras tanto, cientos de miles de personas están atrapadas debido a la inundación de los caminos y son las mujeres y los niños los que más sufren debido a la falta de agua limpia para beber, leche y alimentos. Como se vio en la pasada catástrofe, la respuesta del gobierno fue muy lenta debido a la falta de un adecuado sistema de ayuda y recursos.