- El adolescente podría pasar el resto de sus días en la cárcel si el jurado le considera culpable de haber matado a golpes a su hermanastro de dos años mientras cuidaba de él en marzo pasado.
- Su vida ha sido un drama: nació fruto de la violación de su madre, su padrastro se suicidó tras darle una paliza y su primo abusó sexualmente de él.
Cristian Fernández
© YouTubeCristian Fernández, de 13 años, se enfrenta a cadena perpetua por asesinar a su hermanastro.
La primera vez que Cristian Fernández apareció en los medios de comunicación tenía sólo dos años. La policía se lo encontró, desnudo y sucio, caminando de madrugada por las calles de Miami. El niño se había escapado de la cochambrosa habitación de hotel en la que su abuela llevaba días consumiendo drogas. Tras aquel incidente, Fernández y su madre, Biannela Marie Susana, que por aquel entonces tenía sólo 14 años, pasaron a depender de los servicios sociales de Florida.

La violencia y los abusos sexuales han sido una constante en la vida de Cristian Fernández que ahora, a los 13 años, se ha convertido en el reo más joven de EEUU en espera de juicio y se enfrenta a una pena de cadena perpetua por haber asesinado a golpes a su hermanastro de sólo dos años mientras lo cuidaba el pasado mes de marzo. Además, deberá responder a otro cargo de abuso sexual sobre otro hermanastro, de sólo 5 años.

No es excusa, pero Cristian nunca fue un hijo deseado. De hecho, nació después de que su madre fuese violada por un vecino, que acabó condenado a 10 años de prisión por el abuso. Sin embargo, la restrictiva ley de Florida respecto a los abortos impidió que la menor, entonces una niña de sólo 11 años, pudiese interrumpir el embarazo.

Marcada por este hecho, la tortuosa y difícil vida de Cristian Fernández nunca mejoró. Con apenas tres años fue expulsado de la guardería por bajarle los pantalones a un compañero y simular el acto sexual. Los servicios sociales de Florida investigaron el caso y determinaron que el niño había sufrido algún tipo de abuso. Años después se supo que el responsable había sido un primo suyo.

Además, los investigadores del Departamento de Menores constataron que, en esas mismas fechas, Cristian había matado a un gato por el simple hecho de haberle arañado. Decidieron someterle a un tratamiento para tratar de corregir su comportamiento "antisocial y con tendencias criminales", según los informes. Estas medidas parecieron funcionar, al menos temporalmente.

Antes de cumplir los seis años, su madre se casó con Luis Alfonso Galarrago Blanc. Convivieron juntos durante casi cinco años sin graves problemas, pero el matrimonio se rompió de la manera más trágica imaginable: Galarrago Blanc se suicidó delante de los hijos de la pareja después de dar una brutal paliza a Cristian.

Aquel hecho marcó profundamente la ya difícil personalidad del niño que, apenas seis meses después, fue detenido acusado de ser el responsable de la muerte de su hermanastro. Tenía 12 años.

Madre negligente

La tarde del 14 de marzo de 2011, Biannela Marie salió de su casa y dejó a Cristian, el mayor de sus hijos, a cargo del cuidado de sus hermanos. Cuando regresó por la noche, se encontró al más pequeño, de dos años, inconsciente sangrando por la nariz y los oídos.

Cristian le dijo que se había "caído de la cama". Biannela le limpió y lo volvió a acostar. Entonces se puso a navegar por internet buscando información sobre famosos, descargando música y realizando algunas operaciones bancarias.

Sólo dos horas después de volver a casa, y tras comprobar que su bebé no reaccionaba, buscó también en internet los síntomas que presenta una persona "con un golpe en la cabeza", según reflejan los documentos de la investigación policial. En ese momento, asustada, avisó a emergencias.

Su hijo pequeño falleció en el hospital tras dos días en cuidados intensivos con una fractura de cráneo. La autopsia confirmó que si Biannela Marie hubiera avisado a los servicios médicos nada más llegar a casa, el bebé habría tenido muchas posibilidades de sobrevivir. La joven, de 25 años, fue procesada y se declaró culpable de comportamiento negligente. Ahora espera que el juez confirme una condena que estará entre los 13 y los 30 años de prisión.

Juzgado como un adulto

En el caso de Cristian, la fiscalía le acusó de asesinato en primer grado y pidió que se le juzgara como un adulto por la gravedad de su crimen y sus comportamientos antisociales previos. El magistrado que lleva su caso aceptó la petición y el menor se encuentra a la espera de un juicio en el que se enfrentará a una más que probable pena de cadena perpetua.

De nada ha servido una iniciativa popular que ha recogido más de 190.000 firmas en todo EEUU y que pide que la justicia de marcha atrás para juzgar a Cristián Fernández como lo que es, un menor. Su drama no es único, el Departamento de Justicia de EEUU reconoce hasta 29 casos de menores de 14 años que han cometido asesinatos desde 2010.

La fiscalía se opone frontalmente a esta opción, que implicaría que a los 21 años Fernández podría quedar libre. Según han argumentado los responsables de la acusación en un comunicado: "tenemos que proteger a la sociedad de este individuo. Aplicar la pena máxima a un niño de 12 años es algo muy triste, pero es la única medida legal que tenemos para asegurar la seguridad de los ciudadanos".