Rousseff
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Estas medidas fueron debatidas a principios de semana por la mandataria brasileña y los ministros que de alguna manera se vieron afectados por las escuchas llevadas a cabo por el servicio de Inteligencia de Estados Unidos.

"Todas aquellas entidades que colaboren con ese tipo de servicios tendrán las licencias para operar en Brasil canceladas", sentenció el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, según ha publicado el portal Estadao.

Así, Bernardo apuntó que podría tratarse de "un banco o una empresa telefónica". Por su parte, Rousseff le encomendó fortalecer la red interna de comunicaciones del Gobierno, pues todavía muchos de sus trabajadores utilizan servicios vulnerables de ser cómplices del espionaje internacional.

Del mismo modo, Rousseff también le reiteró al ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, la necesidad de revisar junto a su compañero de Comunicaciones las leyes relacionadas con la seguridad de datos personales e internet, en incluir modificaciones como este veto a las empresas susceptibles de colaborar con ilícitas prácticas de vigilancia.

En concreto, el Gobierno quiere obligar a las páginas web extranjeras a almacenar los datos de sus usuarios brasileños dentro del país y no en Estados Unidos, como ocurre en el caso de la red social Facebook.

En el caso de los correos electrónicos, la idea es establecer protocolos más seguros, pues como afirmó Bernardo, muchos de los mensajes "tienen copia para Obama". Desde que salieran a la luz los casos de escuchas ilegales, Rousseff utiliza un sistema de correo criptografiado. Un método que el Gobierno quiere ofrecer a sus ciudadanos de manera gratuita para el año que viene.

La Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) espió a Roussef y al ahora presidente de México, Enrique Peña Nieto, cuando aún era candidato, según reveló este fin de semana el programa 'Fantástico' de la cadena brasileña Globo, que basa su información en documentos filtrados por Edward Snowden.

De acuerdo con este programa, la NSA espió el contenido de las llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto de Rousseff y de varios de sus "asesores clave". En el caso de Peña Nieto, éste, al igual que nueve miembros de su equipo, fueron espiados incluso cuando éste era candidato a la Presidencia de México, que ocupa desde diciembre del año pasado.