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"Es un deber moral decirlo: no es el gobierno de Bashar al-Assad el que utilizó gas sarín u otro gas en la periferia de Damasco", afirmó ayer Pierre Piccinin, profesor belga que fue secuestrado en abril pasado en Siria junto con Domenico Quirico, enviado del diario italiano La Stampa, y liberado anteayer junto con él.

Piccinin, que contó que el cautiverio fue terrible, reveló que un día escucharon una conversación de rebeldes que decían que habían sido ellos quienes habían utilizado armas químicas.

Quirico, veterano corresponsal de guerra de gran prestigio en Italia, si bien confirmó haber oído ese diálogo, fue más prudente y relativizó la información. "Es una locura decir que yo sé que Al-Assad no utilizó gases", dijo. Sin embargo, confirmó que un día, desde la habitación donde los mantenían encerrados, "a través de una puerta entreabierta escuchamos una conversación en inglés por Skype entre tres personas que decían que la operación de gas en dos barrios de Damasco había sido realizada por los rebeldes como provocación, para inducir a Occidente a intervenir militarmente."

"No sé si eso es cierto, pero no tengo ningún elemento que pueda confirmar esta tesis y no tengo idea de si es confiable, ni conozco la identidad de las personas. No tengo elementos para juzgar y estoy acostumbrado a dar por ciertas las cosas que he verificado. En este caso, no he podido controlar nada", señaló Quirico. De 61 años y gran experiencia, el periodista, que dijo haber sido humillado como ser humano, destacó que "la revolución no es más esa laica del comienzo, es peligrosa".

"Los del Ejército Libre Sirio nos pegaron todos los días y luego nos vendieron. Nos trataron bien sólo los afiliados de Al-Qaeda", contó.