Pasado el tiempo vamos descubriendo que Mahmoud Ahmadinejad actuaba como un agente del Mossad israelí. De repente, todos sus comportamientos adquieren sentido: sus fantasías públicas sobre la desaparición de Israel; la negación del Holocausto, que hasta entonces sólo era propio de lunáticos; el alarde de la capacidad nuclear de Irán... ¿Quién tenía interés en todas estas tonterías? Sólo hay una respuesta congruente: el propio Israel.
De este modo promocionaba a Irán como un Estado a la vez ridículo y siniestro. Y daba justificación a la negativa de Israel a no firmar el Tratado de no Proliferación Nuclear o a no ratificar el Convenio sobre Armas Químicas. O se desviaba la atención ante la negativa de Israel a hablar de la ocupación de los territorios palestinos o a mantener negociaciones de paz.
Pero de repente todo esto se puede haber evaporado, y muchos líderes políticos y militares lamentan de forma abierta la desaparición de Ahmadinejad. El Guía Supremo dispuso el silencio de ese payaso. Aún más, ha reafirmado su enemistad con la Entidad Sionista al nombrar a una persona como Hassan Rouhani.
Rouhani es todo lo contrario de su predecesor, de modo que el Mossad tienen enfrente al peor líder imaginado al frente de Irán: un iraní que condena el Holocausto; un iraní que habla de dulzura y luz; un iraní que desea la paz y la amistad que el resto de naciones, incluso dando a entender que también con Israel, en el caso de que liberen los territorios palestinos ocupados.
¿Podría Israel imaginar peor escenario? No bromeo, pues todo esto es muy serio.
Incluso antes de que Rouhani abriese la boca después de su elección, ya fue condenado de forma rotunda por Binyamin Netanyahu. ¡un lobo con piel de oveja! ¡Un verdadero antisemita! ¡Uno que pretende engañar a todo el mundo! Un político taimado cuyo diabólico objetivo es abrir una brecha entre Israel y los ingenuos estadounidenses.
Ésta es la verdadera bomba de Irán, mucho más amenazante que la bomba nuclear, construida detrás del pacífico discurso de Rouhani. Unas bomba nuclear puede disuadir de la utilización de otra. ¿Pero cómo disuadir a Rouhani?
Yuval Steinitz, ex Ministro de Hacienda de Israel y responsable en la actualidad del diseño estratégico ( en serio), exclamó con desesperación que Irán pretende engañar al mundo. Binyamin Netanyahu habló de una "trampa de miel". Los comentaristas que se mueven en torno a los círculos oficiales ( es decir, de la Oficina del Primer Ministro) proclaman que Rouhani es una amenaza existencial.
Y todo esto antes de que hubiese pronunciado una sola palabra.
Cuando por fin habló Rouhani en la Asamblea General de la ONU, se confirmaron aquellos terribles presagios. Mientras que Ahmadinejad provocaba la estampida de los delegados de la sala, Rouhani llenó de curiosidad a todos los diplomáticos del mundo, deseando saber quién era ese hombre. Podrían haber leído el discurso unos minutos más tarde, pero lo querían escuchar y ver por sí mismos. Incluso Estados Unidos envió a funcionarios para que estuvieran presentes. No faltó nadie. Bueno, nadie a excepción de los israelíes.
Los diplomáticos israelíes habían sido instruidos por Netanyahu para que abandonaran la sala cuando el Presidente de Irán empezase a hablar. Fue un gesto estúpido, tan irracional e ineficaz como la rabieta de un niño cuando le quitan el juguete que él quiere.
Un gesto estúpido porque deja a Israel fuera de juego, ahora que todo el mundo muestra un cierto optimismo después de los últimos acontecimientos en Damasco y Teherán; estúpido porque recalca el hecho de que Israel está en la actualidad completamente aislado. Netanyahu y su tripulación se comportan exactamente igual como se comportaban los diplomáticos árabes de hace una generación, es decir, que se mantenían atrapados por su pasado, sin vivir en el presente. No vivir en el presente es algo que algunos políticos se empeñar en hacer, sin nuevos pensamientos en su mente.
Las cosas están cambiando, lentamente, muy lentamente, pero es algo perceptible. Es demasiado pronto para hablar del declive del Imperio Americano, pero no se necesita un sismógrafo para percibir el movimiento en esa dirección.
¿Y cómo se enfrenta Israel a este nuevo escenario?
En primer lugar, debemos comenzar pensando de otro modo: las nuevas circunstancias exigen nuevas ideas.
En el discurso de Obama se estableció una clara conexión entre la bomba iraní y la ocupación israelí. Son vínculos no pueden romperse. Eso hay que entenderlo.
Estados Unidos tiene mucha menos importancia de la que tenía hace unos años, mientras Rusia va ganando terreno. Por otra lado, a pesar de sus inútiles ataques durante la crisis siria, la AIPAC también pierde poder.
Pensemos otra vez en Irán. Es pronto para determinar hasta qué punto Teherán se está moviendo, pero debemos intentarlo...
Uri Avnery es uno de los fundadores del movimiento pacifista independiente Gush Shalom. Es activista por la paz, periodista y escritor.
Fuente: http://www.commondreams.org/view/2013/09/27-8
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