Todos los obispos de Chile han presentado su renuncia ante el Papa Francisco por los casos de abusos sexuales, informa Reuters. La decisión ha sido anunciada tras reuniones que llevaron tres días entre los obispos y el sumo pontífice en Vaticano. Todavía no se sabe si el papa Francisco ha aceptado la renuncia de los obispos chilenos.
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"Hemos puesto, por escrito, nuestros cargos en manos del Santo Padre, para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros", comentaron los obispos Fernando Ramos y Juan Ignacio González al portal Emol.

"Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al papa mismo, al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones", comentaron también los obispos chilenos.


Comentario: Pedir perdón sirve de poco; compensaciones... bueno ¿como compensas tal daño a un niño inocente? El daño ya está hecho. El paso más práctico sería crear estrategias que eviten que depredadores sexuales obtengan puestos de confianza en las iglesias católicas, o que se castigue severamente a los perpetradores... pero eso es mucho pedir. Hasta ahora no se ha hecho nada para prevenir estos crímenes, ni para castigar como se debe a los criminales degenerados.

Recordemos que cualquier ente depredador prefiere un ambiente donde sea fácil saciar sus hambres malditas. Muchos depredadores sexuales han anidado y prosperado en las iglesias católicas, y no solo eso, sino que les ha protegido impunemente. Eso dice mucho de una institución religiosa... ya que en teoría, va en contra de las doctrinas que predica.

Y que no le echen la culpa al celibato, un criminal es un criminal bajo cualquier circunstancia.



Este martes, el papa entregó a los 34 obispos chilenos que fueron convocados de emergencia al Vaticano un documento en el que criticó duramente a los líderes de la Iglesia católica chilena y los acusó de graves errores y omisiones en la gestión de los casos de abusos.

El texto del documento, al que tuvo acceso el canal chileno T13, revela declaraciones que "certifican presiones ejercidas" sobre aquellos que "debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos".

Con ello, se evidenció "una absoluta falta de respeto por el procedimiento canónico y, más aún, unas prácticas reprobables que deberán ser evitadas en el futuro".

La reunión, el documento del papa entregado al clero chileno y la subsiguiente renuncia de los obispos ocurre en el marco de una escalada de tensión social que ha surgido a raíz de los casos de abusos cometidos entre 1980 y 1995 por el sacerdote Fernando Karadima.

Por su parte, Juan Barros, obispo en la ciudad de Osorno que participó en las reuniones con el papa, es sospechado de encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por Fernando Karadima.