El plan considerado por la Administración Trump de enviar a los terroristas del ISIS a Guantánamo da una mala imagen a los esfuerzos que EEUU emprende para luchar contra el terrorismo, opina el director de la empresa TGS Intelligence Consultants, David Otto.

Guantanamo
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"Considero que la idea de encarcelar a los terroristas en Guantánamo que fueron capturados por las Fuerzas Democráticas Sirias muestra que EEUU prácticamente perdió su influencia: no planeó la victoria y ahora se prepara para una derrota. En esencia, Washington no sabe qué hacer con la mayor parte de los terroristas. La idea de Guantánamo afectará los esfuerzos que fueron emprendidos por las autoridades estadounidenses para luchar contra el terrorismo", aseguró Otto en una entrevista para Sputnik.

De acuerdo con el experto, el principal problema radica en que estos terroristas serán juzgados en tribunales federales donde les podrían condenar a muerte.

"Muchos terroristas preferirían precisamente este desenlace, esto sería cumplir con su ideología extremista. De esta manera, la idea de juzgar a estas personas en tribunales federales contradice con el objetivo de obligarles a dejar de expandir el terrorismo. Considero que la mejor opción sería enviarles a sus países de origen", enfatizó, aunque agregó que estos Estados no tienen posibilidades de recibirlos.

Otto precisó que los terroristas tienen que ser enviados a sus países de origen, como a los Estados europeos y Túnez, donde hay más de 200 terroristas que fueron capturados por las Fuerzas Democráticas Sirias. El problema es que para juzgarles en los tribunales locales se necesitan recursos.

"Hay que recordar que la mayor parte de los terroristas de ISIS [proscrito en Rusia y otros países] son yihadistas muy feroces. ¿Tienen estos Estados los recursos suficientes para mantenerlos tras recibir su sentencia? ¿Disponen de programas de desradicalización de esta gente? Pues, supongo que no los tienen. Muchos países que estaban dispuestos a recibir a los terroristas simplemente no tienen las posibilidades de hacerlo", concluyó.

El cierre de la cárcel de Guantánamo, creada por EEUU en 2002 en la base naval de Cuba especialmente para terroristas internacionales, fue una de las principales promesas de Barack Obama durante su primera campaña electoral en 2008.

A fines de diciembre de 2016, a pesar de la negativa del Congreso de financiar el cierre de la cárcel en 2017, Obama continuó transfiriendo prisioneros de Guantánamo a terceros países.

Por su parte, Trump declaró en varias ocasiones que no apoya la idea de cerrar este centro penitenciario, ya que considera que la transferencia de presos representa una amenaza a la seguridad de EEUU.