Dada la presencia militar de Turquía en el norte de Siria y su apoyo a los grupos militantes de Idlib, era de esperar que la ofensiva del Ejército Sirio en la región se aplazara hasta que se llegara a un arreglo entre Erdogan y los aliados de Assad, como expliqué antes. Por tercera vez en menos de un mes, el presidente ruso Vladimir Putin mantuvo conversaciones con su homólogo turco Erdogan, en Sochi, el 17 de septiembre. Acordaron establecer una zona desmilitarizada en Idlib; más tarde, el Ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu confirmó a los periodistas que no habría una operación militar de gran envergadura en la provincia.

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© Fort Russ News
Según fuentes diplomáticas rusas que hablaron con el periódico Al-Watan, el acuerdo entre Rusia y Turquía se aplicará en tres etapas:
  1. La primera etapa entrará en vigor a mediados de octubre para crear una zona libre de armas de 15 a 20 km a lo largo de la línea de contacto entre los grupos militantes y las fuerzas gubernamentales. Todos los grupos radicales, incluidos ISIS y Jabhat al-Nusra/Al Qaeda, tendrán que abandonar esta zona, que será patrullada conjuntamente por unidades militares rusas y turcas.
  2. En la segunda etapa, las armas pesadas serán recolectadas en la región hasta el 10 de noviembre y los militantes abandonarán las zonas civiles.
  3. En la tercera etapa, que durará hasta finales de este año, las instituciones estatales reanudarán sus actividades en Idlib.
Nótese que para completar las tres etapas es necesaria la cooperación de los grupos militantes. Éste es el factor que puede conducir al colapso parcial o total de los esfuerzos de desmilitarización; pero eso no es necesariamente un fracaso.

South Front informa que fuentes pro-militantes afirman que Hayat Tahrir al-Sham (la coalición afiliada a Jabhat al-Nusra, también conocido como Al Qaeda en Siria) y algunos otros grupos, incluyendo el Partido del Turkistán Islámico (compuesto por musulmanes uigures intransigentes de China) han rechazado el acuerdo. (Originalmente se informó que Jaish al-Izza, un grupo del Ejército Libre de Siria, también lo había rechazado, pero ahora eso parece ser incorrecto). Además, el Centro para la Reconciliación Siria del Ministerio de Defensa ruso advirtió, después de la reunión entre Putin y Erdogan, que los Cascos Blancos y los miembros de Al-Nusra todavía estaban preparando un ataque químico de bandera falsa para culpar al gobierno de Assad. Esto no es sorprendente, ya que, después de todo, Siria está lidiando con facciones yihadistas (literalmente terroristas); no con una mezcla de "rebeldes moderados" y unas cuantas manzanas podridas, como insiste la narrativa occidental. Por definición, los terroristas son como mínimo poco cooperativos, especialmente cuando se les pide que entreguen sus armas y dejen que el Estado haga su trabajo.

Uyghur jihadis
© Radio AlwanYihadistas uigures: algunos tímidos, otros no.
Si la información sobre la reacción de los grupos terroristas es correcta, Jabhat al-Wataniya al-Tahrir (alias, el Frente Nacional de Liberación) y Jaish al-Izza, ambos patrocinados por Turquía y afiliados al FSA [Ejército Libre Sirio, por sus siglas en inglés], serían las únicas partes potencialmente dispuestas a seguir el plan. De hecho, Putin y Erdogan nunca esperaron ni tuvieron la intención de hacer tratos con grupos que todo el mundo reconoce como radicales, particularmente con Al-Nusra, que fue explícitamente mencionado por Putin en la conferencia de prensa de Sochi, mientras que Erdogan se comprometió a "despejar estos territorios de elementos radicales". Por lo tanto, en el contexto de Idlib, cuando oímos a Rusia o Turquía hablar de "rebeldes moderados", se refieren a los apoderados turcos.

Antes de la última cumbre de Sochi, Erdogan exigía una solución política a la situación en Siria, aparentemente por razones humanitarias, cuando en realidad tenía tres objetivos:
  1. Salvar a las fuerzas leales a Turquía en la zona.
  2. Minimizar la cantidad de refugiados y yihadistas que cruzarían la frontera hacia Turquía.
  3. Mantener toda la influencia posible con respecto al futuro del norte de Siria.
putin erdogan
Está claro que Putin entendió que Turquía no abandonaría la región por sí sola y que, por lo tanto, la ofensiva de Idlib habría supuesto el riesgo de una peligrosa confrontación directa entre Estados. Así que aceptó proceder por la "ruta política", plenamente consciente de que Turquía tendría que comprometerse a unirse a la lucha contra los grupos oficialmente reconocidos como terroristas (incluso los que recibieron su apoyo directo o indirecto en el pasado) y, al mismo tiempo, jalar las riendas de sus apoderados o incluso voltear las armas en contra de los que se rebelaran. Además, Turquía da otro paso para acercarse a Rusia, Irán y Siria, y se aleja de la OTAN y sus maquinaciones en Oriente Medio. En última instancia, el punto crucial del acuerdo no es cuántos militantes abandonarán las armas o no, sino que Turquía está ahora del lado de los libertadores de Siria. Se podría decir que Putin "persuadió gentilmente" a Erdogan para que hiciera lo correcto.

Perder el juego, volcar el tablero

Por supuesto, hay otra ventaja de suspender una ofensiva importante en Idlib: Hace más difícil (aunque no imposible) que los países occidentales y sus aliados protesten, amenacen y tomen represalias contra algún crimen de guerra imaginario, y que los terroristas perpetren un ataque contra civiles, invitando a tales represalias.

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Mapa del incidente del 17 de septiembre en Siria, proporcionado por el Ministerio de Defensa ruso.
Algunos actores geopolíticos empeñados en la guerra parecen haber tomado las noticias tan mal como para cometer errores significativos. Hay varios observadores, incluido un asesor de Erdogan, que creen que el último demencial truco criminal de Israel, que resultó en el derribo de un avión militar ruso Il-20 y la muerte de 15 soldados rusos, fue una respuesta al acuerdo de Sochi alcanzado apenas horas antes. Efectivamente, en la política casi no existen las coincidencias. Pero no debemos olvidar que el mismo día (lunes 17 de septiembre) el Ministerio de Defensa ruso presentó pruebas que contrarrestan el informe holandés sobre la tragedia del vuelo del MH17 sobre Ucrania; un acontecimiento de importancia que puede haber inspirado a las mentes maquiavélicas de los israelíes para desviar la atención del público de esos datos.

La tragedia del Il-20 ruso fue el producto de la típica "estrategia" militar israelí, cobarde y engañosa. Durante un bombardeo ilegal y sin justificación contra objetivos gubernamentales en Siria, de los que se notificó al Ministerio de Defensa ruso con menos de un minuto de antelación, cuatro aviones de combate F-16 israelíes que volaban a baja altitud "crearon una situación peligrosa para otros aviones y buques en la región... Los pilotos israelíes utilizaron el avión ruso como cobertura, convirtiéndolo en objetivo de las fuerzas de defensa aérea sirias. Como consecuencia, el Il-20, que tiene una sección transversal de radar mucho mayor que un F-16, fue derribado por un misil del sistema S-200", dijo una declaración del Ministerio de Defensa. La reacción del ministro de Defensa ruso Sergey Shoigu fue amarga:
"La culpa del derribo del avión ruso y de la muerte de sus tripulantes recae directamente en el lado israelí", dijo el ministro ruso. "Las acciones de los militares israelíes no se ajustaron al espíritu de la asociación ruso-israelí, así que nos reservamos el derecho de responder".
Evidentemente, los israelíes buscaban intencionadamente causar problemas a los militares rusos. Sin embargo, a juzgar por el tiempo que tardaron en responder oficialmente ante el enfado de Rusia, da la impresión de que calcularon mal y no esperaban que se perdiera una aeronave rusa; tampoco esperaban que Rusia les echara la culpa. Éste fue el gran error de Israel: Es probable que Rusia dificulte o incluso obstruya por la fuerza cualquier futura operación israelí en Siria o en los aires de Siria. Las palabras de Putin sobre el refuerzo de la seguridad del personal ruso en Siria y la adopción de "medidas que todo el mundo notará" apuntan en esa dirección.

La mala situación empeoró cuando finalmente surgió una respuesta arrogante de parte de Israel. No hubo disculpas; todo lo que Rusia recibió fue una expresión de "pesar" y mucha asignación de culpas a terceros:


Fuerzas de Defensa Israelíes: Israel expresa su pesar por la muerte de los miembros de la tripulación del avión ruso que fue derribado esta noche debido al fuego antiaéreo sirio. Israel considera al régimen de Assad, cuyo ejército derribó el avión ruso, plenamente responsable de este incidente.
Fuerzas de Defensa Israelíes: Israel también responsabiliza a Irán y a la organización terrorista Hezbolá por este desafortunado incidente.
Para añadir un insulto al perjuicio, los israelíes cuestionaron la versión rusa de los hechos. Alguien está mintiendo aquí, y dudo que sea la parte agraviada:


Fuerzas de Defensa Israelíes: 2. Cuando el ejército sirio lanzó los misiles que impactaron contra el avión ruso, los aviones de la Fuerza Aérea Israelí ya se encontraban en el espacio aéreo israelí.

3. Durante el ataque contra el objetivo en Latakia, el avión ruso que fue alcanzado no se encontraba dentro del área de la operación.
Fuerzas de Defensa Israelíes: 4. Las baterías antiaéreas sirias dispararon indiscriminadamente y, según tenemos entendido, no se molestaron en asegurarse de que no hubiera aviones rusos en el aire.
Hay otro hecho interesante en esta historia, que parece estar desapareciendo rápidamente de los informes de los medios de comunicación. La fragata "Auvergne" de la Armada Francesa se encontraba en la región en ese momento, y según el Ministerio de Defensa ruso, se detectaron varios lanzamientos de misiles desde ese buque. ¿A qué apuntaban esos misiles? ¿Qué papel jugó la Armada francesa en el bombardeo de Siria el lunes por la noche y/o en el derribo del Il-20 ruso?

Con habilidad diplomática, Putin volvió a resolver el "problema de Turquía" en Siria, al menos por ahora. Desafortunadamente, será mucho más difícil solucionar el "problema de Israel y la OTAN". El discurso y el comportamiento de los neoconservadores y sionistas demuestra que no tienen ningún interés en la estabilidad y la prosperidad de Siria, o en un Oriente Medio pacífico. Mientras comentaba sobre la política estadounidense, Putin señaló alguna vez que es "difícil tener un diálogo con gente que confunde a Austria con Australia". Podríamos añadir que es aún más difícil razonar con gente que confunde la guerra con la paz y la verdad con la mentira.