La venta hace 3 años del preciado galardón es el ejemplo perfecto de todo lo que está mal en el sistema sanitario estadounidense.
Leon Lederman
El físico estadounidense Leon Max Lederman falleció el pasado miércoles a los 96 años en la residencia de ancianos donde pasó sus últimos años de vida. Desde 2011 hacía frente a problemas de salud relacionados con la demencia senil que padecía. Pero lo peor de todo, es que en sus los últimos años no le quedó otra opción que vender el mayor reconocimiento que había conseguido en vida. En 2015, el físico saltó a los titulares tras subastar su premio Nobel, ganado en 1988 por su investigación acerca de los neutrinos, para poder hacer frente a las facturas médicas derivadas de su demencia. Un comprador anónimo adquirió la medalla de oro por 765.000 dólares.

Lederman se hizo conocido por la publicación en 1993 de "La partícula de Dios: si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?" , un libro en el que acuñaba por primera vez el término "partícula de Dios" para referirse albosón de Higgs, una unidad subatómica entonces teórica.

Su investigación permitió la identificación en 2012 del esta singular partícula que podría ser fundamental en el mecanismo por el que se origina la materia en el Universo. También fue director del acelerador de partículas más grande del EEUU, el Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi, y pasó los últimos años de su carrera dedicado a la divulgación y alfabetización en ciencias. Pero los logros de su carrera quedaron diluidos cuando se tuvo que enfrentar a la realidad de la medicina en EEUU. El caso de Lederman es el ejemplo perfecto de todo lo que funciona mal en el sistema sanitario estadounidense, uno de las más caros del mundo. Un modelo privado que obliga a miles de estadounidenses a endeudarse para pagar algo tan básico como la cobertura sanitaria. Según un gráfico publicado en Vox, un día en un hospital estadounidense cuesta un promedio de 5.220 dólares, en comparación con los 424 que cuesta en España, por ejemplo.

Con la llegada de Donald Trump al poder, la reforma sanitaria de la administración Obama, la La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, ha sufrido un ataque tras otro. El año pasado, los republicanos trataron de abolir el Obamacare pero la medida no contó con la aprobación del Senado estadounidense. Con las elecciones de mitad de mandato acercándose, medidas como la Obamacare o programas como Medicaid corren peligro ya que dependen de qué gobernadores y miembros de la Cámara de Representantes ganen en noviembre. Y según las últimas encuestas, la sanidad puede ser un factor crucial: el 70% de los votantes cree que el acceso a la salud es un factor "muy importante" a la hora de decidir su voto.