En los dos últimos años, el comercio entre Rusia y China aumentó en más de 70.000 millones de dólares, es decir, un 65%. Esto caracteriza una nueva era en la relación entre ambos países. Sin embargo, por el momento esto no es suficiente para cambiar el curso de la historia, cree el sinólogo ruso Nikolái Vavílov.
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© AP Photo / Mark Schiefelbein
Los asociados en pie de igualdad

Vavílov opina que Rusia debería fijarse el objetivo de convertirse en uno de los cinco principales socios comerciales de China en los próximos cinco años y para el año 2032 en uno de los tres principales, junto con Japón y Corea del Sur. Solo así Moscú tendrá una influencia proporcional sobre Pekín y no dependerá desigualmente de ella, indica el sinólogo.
"Altos volúmenes de comercio mutuo son el objetivo de la seguridad nacional rusa. Es necesario hacer de China un amigo fiable y crear sistemas de influencia", explica el experto.
Alto valor agregado

Nikolái Vavílov también destaca que la producción de alto valor añadido tiene un papel básico, ya que se pueden alcanzar los 220.000-250.000 millones de dólares anuales mediante el suministro de materias primas. Sin embargo, la estrategia de diversificación de la oferta distribuirá los recursos rusos entre la India y otros actores. El sinólogo también predijo que Europa volverá a adquirir las materias primas rusas.
"Para crear empresas con posibilidad de exportar productos de alto valor añadido, se necesita una solución aplicada sobre las empresas conjuntas con China. Ellas deben estar situadas en territorio ruso, en las que el propietario principal son inversores rusos, el segundo propietario es chino y donde la distribución de los productos va con prioridad al mercado chino", enfatizó Vavílov.
Una infraestructura a gran escala

El experto considera que implementar estos planes requerirá multiplicar la capacidad de las infraestructuras rusas. Además, sugiere que se necesita la creación de un sistema a gran escala de infraestructuras de tránsito de China a Europa, Irán y Turquía.
"Se requerirán dos ferrocarriles Transiberianos [una red ferroviaria de carga y pasajeros que conecte la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso hasta el océano Pacífico, además de Mongolia, China y Corea del Norte] más. Si Alejandro III de Rusia [Zar del Imperio ruso de 1881 a 1894] tenía capacidad, ahora hay inconmensurablemente más", subrayó Vavílov.
El sinólogo subraya que el Ártico es útil, aunque no puede sustituir a la Ruta de la Seda rusa en volúmenes superiores a 1.000 millones de toneladas anuales.