En las últimas dos décadas la disputa ha sido liderada por el país euroasiático, mientras que EE.UU. y sus aliados tratan de darle alcance, sostiene el periodista Kenneth R. Rosen.
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© Jonathan Nackstrand / AFP
La carrera por el control militar y comercial del Ártico que involucra a Rusia y a los países occidentales se ha intensificado desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, escribe el periodista Kenneth R. Rosen en un artículo para Politico, en el que señala que EE.UU. y las naciones europeas tratan de recuperar terreno en la región, dominada en las últimas décadas por el país euroasiático.

Aunque el final de la Guerra Fría abrió un período exento de conflictos en la región, actualmente el Ártico se está convirtiendo en el centro de una nueva pugna, según Rosen. Dado que el hielo marino se está derritiendo debido al cambio climático, disminuyendo a una tasa del 13 % por década, pudiendo desaparecer en el verano de 2035, el deshielo abre nuevas rutas marítimas y facilita la extracción de los recursos naturales, lo que — explica — aumenta la competencia entre países por el control militar y comercial de esos 'nuevos' territorios.

En las últimas dos décadas, Rusia ha liderado la disputa, al tiempo que ha ampliado su flota de rompehielos, barcos y submarinos nucleares y ha desarrollado operaciones mineras y de pozos petroleros, así como la Ruta Marítima del Norte, que podría estar operativa para 2035.

Mientras, EE.UU. intenta recuperar posiciones frente al dominio ruso en la región, apunta el autor, que recuerda la recién aprobada estrategia para el Ártico, la designación este año de un embajador general para el Ártico y la apertura de un consulado en Nuuk, la capital de Groenlandia. En cualquier caso, los expertos aseguran que el país norteamericano sigue teniendo una visión limitada de la región, considerándola únicamente como una zona para la extracción de recursos naturales y no como un campo de batalla geopolítico y de seguridad nacional.

Los aliados europeos de Washington también han venido aumentando los presupuestos de defensa nacional y la seguridad en torno a la infraestructura energética crítica en el Ártico con el objetivo de aumentar sus capacidades de defensa, afirma.

Sin embargo, más de una docena de observadores de la región citados por el periódico, incluidos diplomáticos noruegos, analistas del Departamento de Estado y expertos en seguridad nacional centrados en el Ártico, temen que EE.UU. y Europa no puedan controlar los recursos energéticos en la región, mientras se incrementa la presencia rusa, lo que amenaza el desarrollo económico y la seguridad nacional de las otras siete naciones cuya tierra soberana se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico (Canadá, Dinamarca, EE.UU., Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia).

Entretanto, varios funcionarios del Gobierno estadounidense han manifestado su temor a una escalada nuclear en la región, la que amenazaría con sumir a Europa y a sus aliados occidentales en un conflicto de mayor envergadura.