Después de que los republicanos volvieran a hacerse con la Cámara de Representantes en los comicios legislativos de noviembre, algunos se comprometieron a auditar el enorme volumen de ayuda que EEUU concede a Ucrania. Sin embargo, incluso entre los conservadores, la idea es impopular. ¿Por qué razones el Gobierno de EEUU evita esa autitoría?
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© AP Photo / Michael Probst
Un nuevo informe de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés) criticó al Pentágono por perder la pista de 220.000 millones de dólares en equipos proporcionados a contratistas del Gobierno. Según el documento, la GAO planteó por primera vez la cuestión al Departamento de Defensa en 2001, y este se ha negado sistemáticamente a abordar el problema y ha ignorado las recomendaciones del auditor.

La noticia llega después de que en noviembre de 2022 el Pentágono suspendiera su quinta auditoría consecutiva realizada por un inspector general del departamento. El devastador informe reveló que el Departamento de Defensa solo podía dar cuenta del 39% de sus 3,5 billones de dólares en activos, incluidos los 220.000 millones prestados a empresas contratistas privadas que la GAO puso de relieve el 19 de enero.

La teniente coronel retirada de la Fuerza Aérea de Estados Unidos Karen Kwiatkowski, quien sirvió como analista principal del Pentágono, aseguró a Sputnik que la alianza de la OTAN no ha sido mejor en el seguimiento de los equipos o suministros que van a Ucrania y que los miles de millones que se vierten en el apoyo a los esfuerzos de guerra de Kiev por Washington solo garantizaría que el problema empeore.
"Ucrania ha servido como centro de blanqueo de dinero occidental, lo que equivale a decir que las transacciones financieras no estaban estrechamente vigiladas por diseño. Ahora es una región desgarrada por la guerra con controles gubernamentales limitados. Con los reportes de soldados estadounidenses sobre el terreno en capacidad de entrenamiento para algunos de los sistemas de defensa antimisiles que se están entregando a Ucrania, es posible que escuchemos más informes sobre la falta de rendición de cuentas de las armas y la ayuda occidental", afirmó.
Kwiatkowski calificó de "testimonio de la arrogancia y la sordera de una estructura política estadounidense muy agresiva" que algunos miembros de la Administración Biden hayan dicho que ven el conflicto de Ucrania como un "campo de pruebas" para el nuevo armamento occidental.

"No hay duda de que practicar la guerra en otro país con la idea de probar tanto tus armas como varias aplicaciones de campo de las mismas, en un escenario de combate real, contra un Ejército 'enemigo' real, es parte integrante de las justificaciones para esta ayuda masiva y rápida a una causa perdedora", compartió a tiempo de señalar que esa "causa perdedora" era una Ucrania totalmente reconstituida "que en este momento era aceptada por el Pentágono como imposible".
"El mensaje [de la Administración Biden] ahora tiene que ser '¿qué más ganamos con este flujo de armas y la continuación de una guerra perdida?' Parte del 'qué más' es, como se ha declarado públicamente, una agenda para debilitar a Rusia mediante el agotamiento de los recursos y el aislamiento económico y parte de ella es recopilar datos sobre el uso de armas y el rendimiento sobre el terreno", señaló Kwiatkowski.
En sus opinión, "el otro aspecto para EEUU es agotar inventarios para asegurar futuros presupuestos mucho después de que Ucrania haya terminado".

Kwiatkowski señaló que, a diferencia del Gobierno afgano respaldado por Estados Unidos durante los 20 años de guerra de ocupación de Washington en Afganistán, el Gobierno estadounidense "confía en los líderes ucranianos más de lo que nunca confió en los líderes afganos".
"Las diferencias culturales, las diferencias religiosas y una larga historia de maniobras políticas, tráfico de influencias y relaciones entre Kiev y Washington, y Kiev y Londres, han construido una empresa criminal que es bastante funcional", explicó.
"Para la cúpula militar de Estados Unidos, el escenario de Europa del Este, surcado por oleoductos, vías fluviales, y fronterizo con Rusia y sus aliados rusos, es un lugar en el que muchos de los mandos militares estadounidenses han sido históricamente entrenados para centrarse, y puede ser también un caso en el que las tres partes principales del Pentágono — el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea — estén compitiendo realmente por futuras misiones", enfatizó Kwiatkowski.

Otro factor es que los altos cargos de la Administración Biden, incluido el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, tienen conexiones directas con los contratistas de defensa que se benefician generosamente de la guerra o con Ucrania, ya que Austin ha formado parte de la junta ejecutiva del fabricante de misiles Raytheon.
"Durante su nominación para el cargo de Secretario de Defensa, el Senado renunció a la norma que exigía un intervalo de siete años entre cualquier servicio con un importante contratista de defensa, y Austin fue confirmado por 93 votos a favor y 2 en contra. Esto ilustra lo que impulsa la defensa de Washington", dijo.
Agregó que en el caso de Austin es evidente que una persona con información privilegiada de Raytheon está controlando algunas partes de la política sobre Ucrania. En sus palabras, la "cuestión de la puerta giratoria" afecta a todos los departamentos del Gobierno de EEUU, pero los contratistas de Defensa, medios de comunicación y Pentágono "es particularmente incestuosa y rentable".

"Es peor que eso con la Administración Biden porque desde el presidente hacia abajo a través del [Departamento de] Estado, la CIA y el Pentágono, usted tiene docenas de personas designadas en los departamentos clave que tienen un pasado y la afiliación en curso con el actual Gobierno de Ucrania, en la mayoría de los casos relacionados con las intervenciones políticas anteriores, y el tráfico de influencias esperada y el lavado de dinero", detalló.

A su vez, el exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de EEUU Scott Ritter, dijo a Sputnik que era inusual que el Congreso de EEUU no haya nombrado ya un inspector general para auditar la ayuda militar que se envía a Ucrania, como lo hizo para los conflictos en Irak o Afganistán.
"Lo que pasa con el Ejército estadounidense es que a menos que el Congreso le diga explícitamente que tiene que hacer algo, no lo hará", dijo.
Desde el pasado mes de mayo, legisladores como el senador Rand Paul (republicano de Kentucky) han tratado el tema sin mucho apoyo. Sin embargo, a estas alturas, con casi 100.000 millones de dólares concedidos a Ucrania sin una supervisión especial, el daño ya está hecho.

"Intentar dar marcha atrás y averiguar cómo se gastaron decenas de miles de millones de dólares es 'misión imposible'", aseveró Ritter.


"Incluso con todos los mecanismos adecuados en marcha, es muy difícil supervisar completamente cómo se utilizan los fondos en una zona de conflicto tan caliente como la de Ucrania", agregó.

Ritter sugirió que la ausencia de una auditoría pretendía evitar la pegajosa cuestión de la eficacia de las armas occidentales en el campo de batalla.
"Desde un punto de vista político, no se quiere mostrar a la política estadounidense que el mayor resultado final de su política son tumbas ucranianas masivas", recalcó.
Por su parte, el exoficial de personal de combate y de Estado Mayor del Cuartel General del Ejército de Estados Unidos David T. Pyne confirmó a Sputnik que en este momento no existe ningún proceso de auditoría para las decenas de miles de millones de ayuda militar autorizada a Ucrania.

"El Congreso estadounidense aprobó tontamente en mayo de 2022 una Ley de Préstamo a Ucrania que carecía de salvaguardias para garantizar que la ayuda se utilizaba para los fines previstos. Los republicanos conservadores liderados por el senador Rand Paul (R-KY) han trabajado para aprobar una ley que permitiría una auditoría de la ayuda militar proporcionada hasta ahora y toda la ayuda militar futura de EEUU a Ucrania para garantizar que está llegando a los soldados ucranianos de primera línea", apuntó.

David T. Pyne destacó que un reciente documental/exposición de CBS News, que ya ha sido eliminado, puso de manifiesto el hecho de que solo alrededor del 30% de las armas estadounidenses y de la OTAN están llegando a las tropas ucranianas.

"Es probable que gran parte del resto se esté vendiendo en el mercado negro para enriquecer a multimillonarios oligarcas ucranianos corruptos y a funcionarios del Gobierno ucraniano, incluido el presidente [ucraniano, Volodímir] Zelenski. Un experto en seguridad nacional estadounidense bien relacionado afirmó que algunas armas estadounidenses suministradas a Ucrania fueron vendidas a Rusia. No creo que el Departamento de Defensa de EEUU esté tomando las medidas adecuadas para garantizar que las armas que hemos enviado a Ucrania lleguen realmente a los soldados ucranianos", aseguró.

EEUU usa a los soldados y civiles ucranianos "como carne de cañón"

David T. Pyne recordó que la Administración Biden había declarado su objetivo de utilizar su guerra por poderes contra Moscú "para debilitar militarmente a Rusia y utilizar esencialmente a los soldados y civiles ucranianos como carne de cañón con el fin de garantizar que Ucrania siga siendo un miembro de facto de la OTAN y librar la guerra durante años a costa de Ucrania".

"Afortunadamente no han sido tan insensatos como para desplegar tropas estadounidenses con fines de combate en Ucrania y esperemos que nunca lo hagan", afirmó.

El exoficial de personal de combate manifestó que lo que los líderes estadounidenses no reconocen es que aunque están teniendo un éxito limitado en debilitar militarmente a Rusia, su decisión de exportar un enorme número de armas a Ucrania ha dejado al Ejército estadounidense críticamente corto de importantes sistemas de armamento, incluidos misiles, cohetes y munición que necesitaría para librar una guerra de grandes potencias.

"Algunas de estas deficiencias, especialmente en los proyectiles de artillería, tardarán casi medio siglo en remediarse, incluso si Estados Unidos aumenta la producción de munición. La Administración Biden retiró todas las fuerzas militares estadounidenses de Afganistán el verano pasado y actualmente no está librando una guerra en Irak a pesar de la presencia de entre 2.000 y 2.500 soldados estadounidenses por lo que no es posible probar nuevos sistemas de armas estadounidenses en combate allí", pecisó.

Influencia de los principales contratistas de defensa en Washington

Los contratistas de defensa estadounidenses han ejercido una influencia significativa en Washington DC durante muchas décadas, declaró David T. Pyne.

Sin embargo, Pyne no cree que los contratistas de defensa estadounidenses (a veces denominados engañosamente complejo militar-industrial estadounidense) estén desempeñando ningún papel en la formulación de la política de guerra de Ucrania aunque, sin duda, están jugando un rol importante en los grupos de presión para continuar la guerra y están obteniendo decenas de miles de millones de dólares en beneficios adicionales de su continuación.

"Lamentablemente, la Administración Biden nunca ha tenido una estrategia coherente ni objetivos alcanzables con respecto a su guerra por delegación en Ucrania. Siguen escalando y violando no solo las líneas rojas establecidas por Rusia, sino también las líneas rojas que ellos mismos declararon que nunca cruzarían en términos de proporcionar a Ucrania vehículos blindados de combate [incluidos los vehículos blindados Stryker y los vehículos de combate de infantería Bradley] y lanzacohetes múltiples de medio alcance, por ejemplo", señaló.
"Sin embargo, me alegró saber que los lanzacohetes múltiples Himars que proporcionaron a Ucrania se modificaron para garantizar que no pudieran utilizarse para atacar a la propia Rusia. Por supuesto, llevará varias semanas, si no varios meses, entrenar a los militares ucranianos para manejar estas armas junto con la batería de defensa antiaérea y antimisiles Patriot que les proporcionamos a finales del año pasado", agregó.
El 19 de enero, el Departamento de Defensa informó en un comunicado que la Administración Biden aprobó un nuevo paquete de ayuda militar de 2.500 millones de dólares para Ucrania, el cual contempla vehículos de combate de infantería Bradley y vehículos blindados de transporte de personal Stryker.

El paquete incluye 59 vehículos Bradley y 90 Stryker, así como una variedad de municiones de artillería, antiblindaje y armas pequeñas, informaron las autoridades.


Washington también entregará ocho sistemas de defensa antiaérea Avenger, munición para sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (Himars) y sistemas nacionales avanzados de misiles tierra-aire suministrados anteriormente por Estados Unidos, se lee en el comunicado del Pentágono.

El paquete del país norteamericano también incluye 53 Vehículos Resistentes a las Minas y Protegidos contra Emboscadas (MRAP, por sus siglas en inglés) y 350 vehículos de ruedas multiuso de alta movilidad (HMMWV), entre muchas otras cosas.

Apenas el 6 de enero pasado, el Pentágono aprobó otro paquete de asistencia militar para Kiev que ascendió a 3.750 millones de dólares.

En diciembre de 2022, el Congreso del país norteamericano aprobó casi 45.000 millones de dólares como asistencia a Kiev para 2023. El presidente, Joe Biden, insiste en que Washington seguirá ayudando al régimen de Kiev el tiempo que sea necesario.

De acuerdo con las estimaciones del Instituto Kiel para la Economía Mundial, Ucrania ha recibido más de 100.000 millones de dólares en ayuda humanitaria y apoyo militar de más de 40 países. De esa cantidad de dinero, Washington ha aportado alrededor de 51.246 millones de dólares, más de la mitad, en asistencia militar, de seguridad, financiera y humanitaria.