La subsecretaria de Estado Victoria Nuland ha estado de visita en Nepal y hoy llega a India. Nuland dirigió el Golpe de Estado fascista de 2014 en Kiev y se alegró abiertamente del sabotaje y destrucción del gasoducto Nord Stream.
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A Washington el tiro le ha salido popr la culata: las sanciones contra las exportaciones rusas han provocado un importante fortalecimiento de los lazos con India. Rusia vende crudo a India a la mitad del precio mundial y, además, la producción de derivados se está transfiriendo también a India (*).

Tras el embargo de la Unión Europea sobre los productos petrolíferos rusos, India es el principal proveedor europeo de petróleo refinado ruso, con un volumen de exportación potencial de decenas de miles de millones de dólares.

Técnicamente, eso no viola las sanciones a Rusia, pero inquieta al gobierno de Biden, que había previsto que sería posible impulsar las exportaciones estadounidenses para sustituir a los productos petrolíferos rusos en el lucrativo mercado europeo.

A Estados Unidos le preocupa la unión gasista entre Rusia, Pakistán e India. Los viejos aliados regionales toman sus propias decisiones, sin contar con Washington y, además, ganan mucho dinero.

Ese trío de países se complementa con otro que ya está en marcha un poco más al norte, en el que participan Uzbekistán y Kazajistán. Un invierno muy crudo les ha obligado a firmar contratos de suministro con Rusia, que irán acompañados de nuevos oleoductos.

Victoria Nuland estará en India para buscar la manera de estropear una fiesta asiática que les ha dejado al margen del tablero.

(*) https://www.ng.ru/economics/2023-01-16/1_8635_india.html