Ciencia y Tecnología
El descubrimiento se realizó gracias a la sonda Venus Express de la Agencia Especial Europea, cuyos científicos publicaron el hallazgo en Icarus, la publicación dedicada a estudios planetarios de la Sociedad Astronómica Estadounidense.
Hasta ahora sólo se habían detectado capas de ozono en la Tierra y Marte. Ahora se encuentra esta en el segundo planeta del Sistema Solar.
El hallazgo podría ayudar a los astrónomos a refinar los parámetros para la búsqueda de vida en otros planetas.

Simios movieron brazo virtual para tocar objetos virtuales y sentir sus texturas.
Dos simios entrenados en el Centro de Neuroingeniería de Duke University aprendieron a empelar la actividad cerebral sola para mover un brazo-avatar e identificar la textura de objetos virtuales. El anuncio se hizo en la revista Nature.
Sin utilizar ninguna parte móvil de sus cuerpos reales, los monos emplearon la actividad eléctrica de sus cerebros para dirigir manos virtuales de un avatar a la superficie de objetos virtuales y, una vez en contacto, pudieron distinguir sus texturas.
La sonda ha estudiado esta zona del mapa marciano con imágenes correspondientes al 11 de mayo de 2011. Así, las fotografías tomadas de Marte muestran una "inusual" acumulación de pequeños cráteres que se ha demostrado que, con el paso de los años, la erosión del agua y del viento los ha reducido a la huella de unos pequeños riachuelos secos.
El astrofísico Bruce Dorminey ("Astronomy" Magazine, Octubre 2011), explica que "bajo determinadas condiciones, apenas un miligramo de sustancia puede recrear un autociclado sin fin del Universo". Indica que en realidad, a lo mejor antes del Big Bang (gran explosión), pudo haberse producido un episodio anterior similar y este último es nada más que lo más reciente, cuyo origen es la edad aproximada del Universo actual, con una edad de unos 13.700 millones de años, cuando nacieron los aglomerados de galaxias, las galaxias, las estrellas, los sistemas planetarios, los planetas con sus lunas que siguen a las estrellas, o no, pues ya hallaron planetas que circulan en forma totalmente independiente.
Investigación del MIT muestra que ondas beta ayudan a consolidar aprendizaje y que podrían ser usadas con la intención de acelerar procesos de entrenamiento.
Los hábitos a veces parecen tomar un carácter inmutable, pero una nueva investigación arroja un poco de luz sobre cómo se forman estos y también sobre cómo se pueden modificar.
Midiendo el cambio que se lleva a cabo en las ondas cerebrales durante el aprendizaje, científicos del MIT analizaron con electrodos a un grupo de ratas mientras se les enseñaba a recorrer un laberinto.
"Se trata de un programa que abre la oportunidad para que existan nuevos dominios genéricos de primer nivel, que son los .com/.net/.org y otros, y que son conocidos como gTLDs" (generic Top-Level Domain (gTLD), según la dominación en inglés), señaló Rodrigo de La Parra.
El experto es representante de la Corporación de Internet para Nombres y Números Asignados (Icann) y el tema está siendo analizado en la XVI reunión anual del Registro de Direcciones de Internet para América Latina y Caribe (Lacnic, según su sigla en inglés).
Actualmente hay 22 dominios genéricos de primer nivel, pero a partir de enero próximo cualquier individuo, entidad, empresa, organización o entidad podrá solicitar la propiedad de la extensión de su sitio, del ".algo" (esto es, punto y cualquier palabra que se les ocurra).
"Este hallazgo tiene implicaciones importantes para entender el desarrollo social a nivel molecular", afirma Arie Kaffman, profesor de psiquiatría y autor principal del estudio.
Los científicos saben desde hace bastante tiempo que se generan nuevas células cerebrales continuamente en regiones específicas del cerebro después del nacimiento. Este proceso, denominado neurogénesis, ocurre en una proporción significativamente mayor durante la infancia y la adolescencia que en la edad adulta, sin embargo, la mayoría de las investigaciones se habían centrado, hasta ahora, en la función de estas neuronas en cerebros más viejos.
Las explosiones más antiguas, lo suficientemente lejanas para que su luz nos esté llegando solamente ahora, pueden ser difíciles de detectar. Un proyecto encabezado por investigadores de la Universidad de Tel Aviv ha descubierto un número récord de supernovas en el Campo Profundo de Subaru, un pedazo de cielo del tamaño de una luna llena. De las 150 supernovas observadas, 12 fueron de las más lejanas y antiguas que jamás se hayan visto. Una de ellas se muestra en la imagen adjunta.
El descubrimiento agudiza nuestra comprensión de la naturaleza de las supernovas y su papel en la formación de los elementos, señalan los responsables del estudio, los profesores Dan Maoz, Dovi Poznanski y Or Graur del Departamento de Astrofísica de la Universidad de Tel Aviv. Estas supernovas "termonucleares", en particular son una fuente importante de hierro en el universo.
La investigación, que aparece en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society de este mes, se llevó a cabo en colaboración con equipos de una serie de instituciones japonesas y americanas, entre ellas la Universidad de Tokio, la Universidad de Kyoto, la Universidad de California Berkeley y el Lawrence Berkeley National Laboratory.
El trabajo de los científicos Saul Perlmutter, Brian Schmidt y Adam Riess que les valió ser galardonados con el premio Nobel de Física 2011, se debió a su descubrimiento de que la expansión del universo no se está frenando, sino todo lo contrario.
De acuerdo con la doctora Itziar Aretxaga, coordinadora de Astrofísica del Instituto de Astrofísica de la Universidad Autónoma de México (UNAM), lo que descubrió el equipo de científicos fue que "los objetos astronómicos, las galaxias, están en expansión, se están alejando unas de otras y que esa expansión es más y más rápida, no se está frenando."
La investigadora señaló, entrevistada en "Atando Cabos", que "la expansión del universo ya lo conocíamos desde los años 20, es un descubrimiento que se le atribuye a Edwin Hubble y sus contemporáneos, de que las galaxias están en expansión y notamos que se está precediendo de nosotros. Ya es algo que conocíamos."
Astrónomos de la Universidad Nacional de Australia han descubierto el hilo cósmico que teje la estructura del Universo. Se trata de un filamento con una gran cantidad de material que conecta nuestra galaxia, la Vía Láctea, a otras agrupaciones cercanas de galaxias que, a su vez, están interconectadas de la misma forma con el resto del Universo. La investigación, que muestra una especie de «escalera» al cielo, aparece publicada en Astrophysical Journal.
«Examinando las posiciones de antiguos grupos de estrellas, llamados cúmulos globulares, encontramos que los cúmulos forman un plano estrecho alrededor de la Vía Láctea en lugar de estar dispersos por todo el cielo», explica el astrónomo Stefan Keller. «Lo que hemos descubierto evidencia un hilo cósmico que nos conecta a la vasta extensión del Universo», explica. A su juicio, este hilo de cúmulos estelares y galaxias pequeñas alrededor de la Vía Láctea «es como el cordón umbilical que alimentó nuestra galaxia durante su juventud».
Existen dos tipos de materia que componen el Universo: la materia dominante -aquella que forma todo lo que conocemos, incluidos las galaxias, estrellas, planetas- y la predominante y enigmática materia oscura, que nadie puede ver pero de cuya existencia está convencida una buena parte de la comunidad científica.