Eso significa que en este país europeo, con el sexto Producto Interno Bruto (PIB) más alto del mundo, algo no está funcionado bien en el mecanismo, según el cual trabajar es la vía de los ciudadanos para obtener un sustento digno.
"El problema es que pese a tener una ocupación laboral, muchos padres sencillamente no obtienen la remuneración suficiente para salir de la pobreza", indicó el primer informe elaborado por la Comisión sobre pobreza infantil y movilidad social, instituida por el Gobierno.
De acuerdo con el presidente de la comisión, Alan Milburn, alrededor de cinco millones de británicos, principalmente mujeres, reciben ingresos por debajo del salario mínimo.
"Son gente que están haciendo las cosas bien, van a trabajar para mantenerse por sí solos, protegen a sus familias, son luchadores y no unos holgazanes, sin embargo, son a menudo los olvidados del Reino Unido, y creo que necesitan urgentemente un nuevo acuerdo", argumentó en declaraciones a la prensa.El informe, elaborado tras una investigación de nueve meses, ha generado polémica en el país y suscitado varios pronunciamientos, incluso del viceprimer ministro, Nick Clegg.
En un artículo publicado en el diario Telegraph, Clegg abordó con especial énfasis los problemas de la movilidad social, la cual se refiere a la posibilidad de cada persona de mejorar sus estándares de vida a partir del trabajo y esfuerzo propios.
"La movilidad social es también el deseo de cada padre de que su hijo sea mejor que ellos. Ciertamente, existe miedo en el país de que la crisis haya marcado el fin de un siglo de progreso en el que cada generación vivió mejor que la anterior", señaló.