Traducido por Noticias de AbajoPasado el tiempo vamos descubriendo que Mahmoud Ahmadinejad actuaba como un agente del Mossad israelí. De repente, todos sus comportamientos adquieren sentido: sus fantasías públicas sobre la desaparición de Israel; la negación del Holocausto, que hasta entonces sólo era propio de lunáticos; el alarde de la capacidad nuclear de Irán... ¿Quién tenía interés en todas estas tonterías? Sólo hay una respuesta congruente: el propio Israel.
© commondreamsEl Presidente de Irán, Hassan Rouhani, durante la Asamblea de las Naciones Unidas del pasado miércoles en Nueva York,
De este modo promocionaba a Irán como un Estado a la vez ridículo y siniestro. Y daba justificación a la negativa de Israel a no firmar el Tratado de
no Proliferación Nuclear o a no ratificar el Convenio sobre
Armas Químicas. O se desviaba la atención ante la negativa de Israel a hablar de la ocupación de los territorios palestinos o a mantener negociaciones de paz.
Pero de repente todo esto se puede haber evaporado, y muchos líderes políticos y militares lamentan de forma abierta la desaparición de Ahmadinejad. El Guía Supremo dispuso el silencio de ese payaso. Aún más, ha reafirmado su enemistad con la Entidad Sionista al nombrar a una persona como Hassan Rouhani.
Rouhani es todo lo contrario de su predecesor, de modo que el Mossad tienen enfrente al peor líder imaginado al frente de Irán: un iraní que condena el Holocausto; un iraní que habla de dulzura y luz; un iraní que desea la paz y la amistad que el resto de naciones, incluso dando a entender que también con Israel, en el caso de que liberen los territorios palestinos ocupados.
¿Podría Israel imaginar peor escenario? No bromeo, pues todo esto es muy serio.