
Un mayor control guerrerista para la Casa Blanca y el aumento del dinero destinado a las guerras de agresión, contrastan duramente con la situación interna del país, donde la desocupación llega a un nivel nunca antes vista y los recortes a los servicios sociales básicos todavía repercuten en la población.
Días atrás la Cámara de Representantes de Estados dio el visto bueno para que 690 mil millones de dólares sean destinados a la defensa para el año fiscal 2012, pese a que el Ejecutivo norteamericano puede aplicar el veto presidencial.
Según Democracy Now, con la normativa se apunta a que "toda persona que no tenga ciudadanía estadounidense y que sea sospechosa de terrorismo vaya a juicio federal, independientemente del lugar en que sea detenida".
El proyecto también permite ampliar "las facultades del Presidente para hacer la guerra en todo el mundo y sin límite de tiempo contra los sospechosos de terrorismo y los países que presuntamente los respalden, aunque no exista conexión con los ataques del 11 de septiembre", en referencia a los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, adjudicados, según Washinton, a Al Qaeda.