
"Las personas no importan, las causas sí, y estas protestas sirven para que los indios sintamos que se puede combatir a los corruptos, que no siempre se van a salir con la suya", afirmó Anupama Jha, directora de Transparency Internacional en la India. La protesta de Ramdev y la de Hazare (ésta última en abril pasado), cuando llegó a poner en jaque al Ejecutivo indio, recogen el gran descontento de un país castigado por enormes escándalos de corrupción que se suceden incesantemente.
"La corrupción ha sido tan habitual en la India que se acabó convirtiendo en algo que ya casi ni vemos, pero las protestas recientes pueden estar marcando un cambio de tendencia", dice Jha. Actualmente, el mayor de los escándalos por corrupción es el relativo a la concesión de licencias de telefonía celular 2G, que ya ha llevado a prisión, entre otros, al ex ministro de Telecomunicaciones Andimuthu Raja.