Traducido por el equipo de SOTT.netCada vez que caminas por una calle de la ciudad, unos ojos electrónicos te observan. Desde los sistemas de seguridad hasta las cámaras de tráfico, la vigilancia es omnipresente en la sociedad moderna. Sin embargo, estas cámaras podrían estar haciendo algo más que registrar nuestros movimientos: según un nuevo estudio que se adentra en la psicología de la vigilancia, podrían estar alterando fundamentalmente la forma en que nuestro cerebro procesa la información visual.
© ID 192949897 Aleksandr KoltyrinLas cámaras de vigilancia están por todas partes.
Aunque investigaciones anteriores han demostrado que las cámaras de vigilancia pueden modificar nuestro comportamiento consciente (haciéndonos menos propensos a robar o más inclinados a seguir las normas), un nuevo estudio publicado en
Neuroscience of Consciousness sugiere que ser observado afecta a algo mucho más fundamental: la forma inconsciente en que nuestro cerebro percibe el mundo que nos rodea.
"Hemos hallado pruebas directas de que ser
visiblemente vigilado a través de un circuito cerrado de televisión (CCTV) afecta notablemente a una función involuntaria de la percepción sensorial humana: la capacidad de detectar conscientemente un rostro", explica en un comunicado la profesora asociada Kiley Seymour, autora principal del estudio.