En octubre de 2003, en Buenos Aires, tuvo lugar un encuentro entre Nestor Kirchner y Lula que terminó formateando el mapa de la integración sudamericana y del Mercosur por los siguientes 10 años. El resultado de esa reunión conocido como "Consenso de Buenos Aires" desencadenó una agenda política regional de signo progresista y articulada en liderazgos políticos regionales incontrastables, que hoy se echan de menos.La política externa de los gobiernos que integran el Mercosur afilian hoy al enfoque de la crisis del bloque regional, de la necesidad de su
"flexibilización" y del acercamiento con pasaje incluido a la lógica de la Alianza del Pacífico.
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La agenda expresada en el Consenso de Buenos Aires nunca escondió el hecho que era la política -con mayúsculas- la que guiaba su puesta en práctica. Con el paso de los años esta conducción política regional sería enfocada también bajo el concepto de "diplomacia presidencial", esto es, la incidencia directa de los presidentes en la resolución de las contradicciones del proceso de integración. Los que mandaban eran los presidentes, y no los ministros de economía, comercio exterior o mucho menos los diplomáticos de las cancillerías y ministerios de asuntos exteriores.
Desde el primer párrafo de aquel documento quedó claro cual era el enfoque:
"intensificar la cooperación bilateral y regional para garantizar a todos los ciudadanos el pleno goce de sus derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, en un marco de libertad y justicia social...".
El Consenso de Buenos Aires se plasmó como agenda política para el bloque regional, un año después, en 2004, en la Cumbre de Ouro Preto II. Pasó a ser una pieza clave de la realidad del "nuevo Mercosur". A partir de allí fueron muchas las iniciativas que plasmaron el viraje en el enfoque del Mercosur, desde su inicial concepción neoliberal del noventoso Tratado de Asunción a un bloque regional de integración, con dimensiones que iban más allá de lo aduanero y comercial, esto es, productivas, sociales, de tratamiento a las asimetrías, de geopolítica regional. Un bloque de integración en su más amplia definición, incluyendo por ello claro está, a la dimensión política.
Los resultados alcanzados fueron significativos. No es el cometido entrar a analizar esos resultados o la profundidad de su relevancia en el marco general del proceso integracionista. Cabe mencionar simplemente que en Ouro Preto 2004 se dieron pasos como el lanzamiento del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur y la aprobación de la continuidad de construcción del Parlamento del Mercosur; en el plano externo, marcó la ampliación del bloque, con la adhesión de nuevos países como Estados Asociados y el proceso de incorporación plena de Venezuela y Bolivia.
Comentario: Esperamos que el coste de esta victoria no sea algo todavía peor. Desde SOTT enviamos nuestras felicitaciones a todos los activistas y nativos en Standing Rock. Invitamos a todos a estar atentos a futuros movimientos sutiles por parte del gobierno. La verdad es que esta inversión millonaria no es una que pueda ser detenida sin conllevar estragos para alguien. Y como bien sabemos, en EEUU las perdidas privadas siempre son hechas públicas.