El proyecto de presupuesto para 2013 anunciado este lunes por Barack Obama apunta a que los ricos tributen más, en un claro guiño a la clase media.
Esto no puede sorprender ya que es esta franja de la población la que se ha visto más afectada en los últimos años. De hecho, un buen número pasó a engrosar el grupo de
47 millones de estadounidenses que viven bajo la línea de pobreza, según datos oficiales que reseña
BBC Mundo.El desempleo en Estados Unidos no llega a los niveles astronómicos de la década de los 30 pero, exceptuando un pico en 1982, no había sido tan alto desde la época de la Depresión. Hoy
hay 13 millones de desempleados; es decir, tres millones más que cuando Obama fue elegido.Una de las caras más duras de estas cifras es que unas 5.000 personas, según estimaciones,
han tenido que irse a vivir a tiendas de campaña que se han desparramado por el país. O porque no tienen trabajo, o porque sus ingresos no alcanzan para pagar un techo, estos ciudadanos han tenido que encontrar una solución -por llamarlo de alguna manera- para sí y sus familias.
El campamento más grande está ubicado en Pinella's Hope, en el estado de Florida, una región mucho más conocida por el colorido de Disney World. Está hecho de prolijas hileras de tiendas desplegadas a lo largo y a lo ancho de una parcela de 52.000 metros cuadrados.
Clase media perdidaUna organización católica es la encargada de organizar el campamento y se ha ocupado de poner algunos servicios a disposición de los habitantes. Cosas tan cotidianas como máquinas para lavar la ropa, computadoras o teléfonos.
Muchos de los campamentos están organizados y celebran reuniones para dividir los quehaceres diarios y acordar normas de convivencia comunitarias. Para algunos con pocas perspectivas de encontrar pronto un trabajo, las carpas se han convertido en hogares semipermanentes.
Un buen número de ellos son personas que muy recientemente vivían vidas confortables típicas de la clase media.
Ahora apoyan sus cabezas en almohadas manchadas por el moho, al igual que las colchas con las que se cubren. "Literalmente refregábamos nuestra cara sobre el moho al irnos a dormir cada noche", explica al programa
Panorama de la BBC Alana Gehringer, una de las residentes de otro campamento, situado en el estado de Michigan.