Historia Secreta
Cuando Cristóbal Colón llegó a lo que hoy son las Bahamas en su primer viaje a América se encontró con un pueblo «gentil y de gran sencillez», cuyas gentes caminaban desnudas y recibían contentas baratijas a cambio de oro. Eran los pacíficos taínos, habitantes de lo que parecía el paraíso terrenal perdido. Sin embargo, cuando el almirante se dirigió a la bella isla de Guadalupe tuvo un recibimiento mucho más hostil. En sus relatos, describe a hombres feroces hábiles con los arcos y la flechas, que gustaban de devorar la carne de sus semejantes. Conservaban huesos humanos en cestas, y cabezas y piernas sangrantes colgaban de las vigas de sus casas, dicen las crónicas españolas.

Un nuevo estudio revela que una mosca de la fruta de hace 6000 años regaló al mundo los quesos y yogures modernos.
En la cordillera de los Zagros, que atraviesa Irán, Irak y Turquía, criaron variedades domésticas de ovejas, cabras y vacas a partir de sus parientes salvajes, lo que permitió asegurar un suministro estable de carne y leche. No obstante, aproximadamente en la misma época en que se domesticaban plantas y animales para su explotación, y mucho antes de que se tuviera cualquier noción de la existencia de vida microscópica, los primeros humanos también estaban domesticando microbios.
En un artículo divulgado recientemente en la revista Current Biology demostramos que la levadura de leche (ese útil microorganismo capaz de descomponer la lactosa de la leche para elaborar productos lácteos como el queso y el yogur) tuvo su origen en el encuentro fortuito entre una mosca de la fruta y un cubo de leche hace unos 5500 años.
"Durante 30 años, los panameños hemos lanzado momentos de olvido de aquella aventura histórica tan dolorosa; (...) sin embargo, a partir del mes de julio de este año, la política exterior panameña empieza a cobrar personalidad propia, por eso las decisiones empiezan a notarse con mayor independencia de EEUU que en las dos pasadas administraciones", afirmó el dirigente a Sputnik.
Un equipo de antropólogos ha logrado datar los restos fósiles de un grupo de Homo erectus procedente de la isla indonesia de Java y determinar de esta manera que la especie se extinguió mucho después de lo que se pensaba.
El equipo dirigido por Jo Anne Van Tilburg, directora del Proyecto sobre las Estatuas de la Isla de Pascua en esa universidad, cree haber hallado evidencias para sustentar esta hipótesis de larga data, luego de un estudio pormenorizado sobre dos moáis que fueron excavados de la cantera en Rano Raraku, donde se encuentra el 95% de estas estatuas talladas por el pueblo rapanui hace cientos de años.

Efectivos de EE.UU. se preparan para rastrear la costa de Palomares (Huelva, España). 29 de enero de 1966.
El Fiskardo ha resultado ser uno de los cuatro pecios más grandes encontrados en el Mediterráneo y que datan de esta época.
Esta falta de evidencias concretas llevó incluso en cierto momento a la Sociedad Lingüística de París a prohibir debate alguno sobre los orígenes de la comunicación en su seno. A pesar de las incógnitas, diversos investigadores, entre los que hay psicólogos, antropólogos, arqueólogos y lingüistas, continúan estudiando este tema. En consecuencia, los numerosos estudios sobre el nacimiento de la comunicación se pueden dividir en dos grandes categorías: la vocalización y los gestos. En este artículo nos centraremos en la vocalización.

Los graneros de 4 mil de años de antigüedad, hallados en la ciudad de Huaiyang, en la provincia central de Henan, China.
Cao Yanpeng, profesor asociado del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Henan, indicó que la cultura Longshan, cuyo principal material que utilizaban fue la cerámica negra, representa una transición gradual de una sociedad primitiva a una era civilizada.
"Los graneros del periodo, especialmente los circulares, son poco comunes entre los anteriores hallazgos", explicó Lei Xingshan, director de la Escuela de Arqueología y Museología de la Universidad de Pekín (la capital china).

Los restos de un barco vikingo fueron encontrados cerca de una iglesia medieval en Edoy, Noruega
La nave, con una longitud de 16 a 17 metros fue descubierta por casualidad, cuando los arqueólogos Manuel Gabler y Dag-Oyvind Engtro Solem, al acabar con la investigación del área designada originalmente, iniciada en septiembre, decidieron pasar a analizar otro terreno cercano.