Historia Secreta
Los fiscales anunciaron la investigación en un esfuerzo para contactar a la persona que entregó las 50 fotografías a una corte en el estado de Renania del Norte-Westfalia en enero del 2010.
"Las fotos muestran ahorcamientos, cadáveres que yacen el en suelo y cuerpos apilados en camiones", dijo a Reuters el miércoles el jefe de la fiscalía que juzga los nazis, Andreas Brendel.
El despacho de Brendel publicó dos fotos que mostraban lo que parecía ser un grupo de prisioneros sosteniendo palas frente a soldados alemanes. En otra, prisioneros marchaban con un destacamento de tropas germanas. Todos los rostros fueron tapados.
La entrega, oficializada mediante la suscripción de un acta, se llevó a cabo en una ceremonia con asistencia del cónsul peruano, Oscar Barrenechea, y el historiador Luis Hurtado, quien contribuyó con el proceso de recuperación.
Las momias habían sido oficialmente entregadas al embajador de Chile en Suiza, Enrique Melkonian Stürmer, en el marco de una ceremonia solemne que se celebró en el Museo de Etnografía de Ginebra.
El Servicio Especializado de Transferencia Internacional de Bienes Culturales del Ministerio Federal de Cultura de Suiza se dedicará a transportar las momias a Chile. Una vez en el país, el tesoro histórico será destinado al Museo San Miguel de Azapa de la Universidad de Tarapacá para un análisis más detallado, así como su mantenimiento adecuado y estabilización, según informa el CMN.
De acuerdo con el informe arqueológico, una de las dos momias Chinchorro es de un bebé: en el mundo hay muy pocos ejemplares de este tipo. El segundo cuerpo pertenece a un adulto y lleva pinturas típicas y una piel de camélido. Los arqueólogos comentan que las dos momias entregadas se encuentran en un estado regular.
Desde que, hace más de 180 años, se desenterraron en Bélgica los primeros fósiles neandertales, estos han pasado de ser deformes embrutecidos a un grupo hermano que llegó a compartir lecho y fluidos con los humanos modernos. Muchas de las diferencias físicas entre ambos se han intentado explicar como adaptación a un clima frío, ya que los neandertales supieron vivir en una Europa gélida durante decenas de miles de años.
Es el descubrimiento que ha realizado un vecino de El Barco de Ávila, José Antonio Sánchez, en el paraje denominado 'Cuesta de las Viñas', en las proximidades de este municipio y que ya se está investigando por parte del Servicio de Cultura de la Junta de Castilla y León.
Según la información publicada por Efe y recogida por el periódico todoscastillayleon.es, a primera vista, se trata de un "levantamiento de piedras de gran tamaño, colocadas en forma de círculo, con un corredor central y presididas por una gran estela de 1,83 metros de altura en el centro".
Sin embargo, el arqueólogo territorial, Francisco Fabián no se ha aventurado a determinar su datación ni tampoco su finalidad, por lo que, en dos semanas, se trasladará hasta el lugar, junto con Manuel Pérez, experto en astronomía y profesor de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Salamanca en Ávila.
La revista británica Proceedings of the Geologist' Association publica en su número de diciembre un artículo sobre las conclusiones para el estudio del clima en la Prehistoria que pueden extraerse de uno de los hallazgos obtenidos en las excavaciones realizadas entre 1990 y 1996 en La Fragua, una cueva del monte Buciero utilizada por el hombre desde la época Magdaleniense hasta el Neolítico.
En concreto, se trata de un hueso cúbito de una foca monje -una especie propia de aguas templadas del Mediterráneo y de las zonas tropicales del Atlántico-, posiblemente cazada en las inmediaciones de la cueva por los grupos humanos que la habitaban, como sugieren las marcas de corte con instrumentos de piedra que presenta.
En un comunicado, la Universidad de Cantabria resalta que es la primera vez que se documenta la presencia de esa especie de foca en la Cornisa Cantábrica durante la Prehistoria, pero sobre todo incide en las implicaciones climáticas que puede tener el hallazgo.
Según cronistas locales, existe la leyenda de que bajo este establecimiento está la entrada a una serie de túneles, conocidos como Catacumbas del Invo. La oficina municipal del Centro Histórico inició las excavaciones en marzo del 2009, pero por no contar con la autorización del Idaeh fue obligada a suspender los trabajos y hacer la solicitud respectiva.
La semana última, el síndico Carlos Prado informó que el departamento de Monumentos Prehispánicos del Idaeh autorizó las excavaciones, con lo que se podrá confirmar la verdad sobre una de las crónicas más contadas por los quetzaltecos.
Prado expuso que de encontrarse las catacumbas no solo se confirmaría la leyenda, sino que el acontecimiento causaría el incremento del flujo turístico en esta ciudad. Despertaría también el interés de estudiosos - antropólogos, arqueólogos e historiadores - .
A través de un comunicado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que en este observatorio astronómico, ubicado en el borde norte de la boca del volcán, se reunían sacerdotes para realizar registros de fechas. En ese lugar, un grupo de pasantes de Arqueología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), dirigidos por el arqueólogo Arturo Montero García, hallaron una importante concentración de cuentas de piedra verde, pizarra y teselas de turquesa, además de restos de cerámica de más mil años de antigüedad. También encontraron vestigios de un brasero de tradición tolteca, mangos de sahumadores y vasijas miniatura -posiblemente ollas con la efigie de Tláloc, Dios de la Lluvia-.
Los materiales descubiertos pertenecen a dos periodos: el Epiclásico (650-900 d.C.) y el Posclásico Temprano (900-1200 d.C.).
Las tesis más ortodoxas "han negado tradicionalmente" la posible mezcla genética entre el hombre moderno y el hombre de Neandertal, ya extinguido. El catedrático norteamericano recordó que, en 2010, fue publicado un artículo sobre la verosimilitud de la hibridación entre Neandertales y humanos en Eurasia occidental, aunque precisó que, en Europa, hay muchos restos, tanto Neandertales como de hombre moderno, que ofrecen indicios de la posibilidad de contacto y cruce, en un gran listado de yacimientos.