© ApLa aviación latinoamericana frecuentemente sufre los efectos de la actividad volcánica.
La idea de sufrir problemas de tráfico aéreo por actividad volcánica es todavía una novedad en Europa, pero en muchas partes de América Latina, esa situación es rutinaria.
Los pilotos de aviones en América Latina se han acostumbrado a transitar por zonas de actividad volcánica, donde, en ocasiones, las cenizas restringen vuelos, cierran aeropuertos o desvían rutas.
Esas zonas incluyen a Centroamérica y los Andes de Suramérica. Esta semana, por ejemplo, la emisión de cenizas del volcán Tungurahua, en Ecuador, encendió las alertas en el aeropuerto de Guayaquil, la segunda ciudad del país, pero no ha habido suspensión de vuelos.
En lo corrido de 2011, el Centro de Alerta de Ceniza Volcánica de los Estados Unidos ha emitido más de un centenar de avisos sobre la situación en ese volcán, ubicado 135 kilómetros al suroeste de Quito.