¿Por qué probamos una galletita y terminamos devorando el paquete entero? Cuando una persona "necesita" harinas y dulces, lo "come todos los días", o "lo va a comprar aunque sea a las tres de la mañana" hay que alarmarse.
Las causas de la obesidad en el mundo son adquiridas en el 75% de los casos, y sólo el 25% son genéticas.
El consumismo y la imposición de alimentos nocivos para la salud están al alcance de todos, por lo que podría decirse que la epidemia fue creada. La visión Biomolecular de este problema se focaliza en el estrés.
Lo que en medicina se conoce como
compulsión a las harinas y los dulces está dada por una alteración de la bioquímica del sistema nervioso y luego, de todo el aparato hormonal.
Un simple análisis de orina da cuenta de la
deficiencia de un neurotransmisor llamado serotonina, que modula el humor y la compulsión de esas sustancias. En los dulces y chocolates se encuentra la 'materia prima' para que el cerebro produzca serotonina, pero hay que saber diferenciar entre la sensación de ansiedad y nerviosismo interno anterior a comer estos alimentos, y la calma posterior a su ingesta. Las terapias primero deben diagnosticar y, ante la presencia de serotonina baja, se le proporciona al paciente esa sustancia en forma de precursores para que las neuronas la incorporen y deje de estar en falta.
La disminución de precursores tiene dos razones,
una de ellas es el estrés: La tensión nerviosa genera un círculo vicioso, en el que sube el cortisol u hormona del estrés, causando un efecto neurotóxico, que en el cerebro disminuye la serotonina.
Es totalmente reversibleLa disbiosis se trata con lactobacilos, mientras que el estrés se nivela con sustancias naturales, que se administran de manera sublingual o intravenosa para garantizar su absorción. El primer signo de éxito del tratamiento es que el paciente
se olvida de ir a comprar chocolate o ve dulces y no se tienta. Las personas manifiestan que pueden gobernar lo que comen y realmente deciden ellas por sí mismas y no el plato de comida decide por ellas.
Comentario: El chocolate de venta en quioscos y tiendas suele ser mayormente azucar, y en algunos casos contienen también leche. El consumo de chocolate puede ser beneficioso si es un éste tiene un contenido de cacao del 85% o más. Es necesario asegúrarse de que tenga bajo contenido de carbohidratos (especialmente azúcares) y alto contenido de grasas saturadas.