Cuando se sabe de un solo caso de Ébola, suenan las alarmas. Con este virus que produce fiebre hemorrágica no hay que jugársela. No hay cura ni vacuna para esta enfermedad que puede llegar a tener una mortalidad del 90%.© AFPCuando se da un caso de Ébola, se aísla de inmediato al paciente.
Es por esto que los casos que han aparecido en el país africano de Guinea no pasan inadvertidos para las organizaciones internacionales de salud ni la prensa internacional. Hasta ahora se sospecha de 89 casos y 59 muertes, de las cuales nueve han sido confirmadas como Ébola. Se cree que el primer brote ocurrió hace un mes, pero no fue sino hasta la semana pasada que se supo de un infectado.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) estaba trabajando en el sur del país en un programa contra la malaria cuando surgió la información. Enseguida, junto con el Ministerio de Salud de Guinea, pusieron en marcha los planes para controlar la epidemia. "Con un solo caso de Ébola realmente ya es una epidemia", le dice a
BBC Mundo Gemma Domínguez, coordinadora de MSF en ese país. "Porque si no se hace nada, la cadena sigue".
"La contagiosidad no es que sea alta, no es como hablar de una epidemia de meningitis donde hay miles y miles de personas afectadas. Pero si extrapolamos el número de casos posibles con los muertos, entonces el que está contagiado tiene muchas posibilidades de morir", agrega.
Este virus se identificó por primera vez en 1976 en Sudán y la República Democrática del Congo. Desde entonces se ha sabido de unos 2.200 casos, de los cuales 1.500 fueron mortales. Esto no quiere decir que muchos otros hayan muerto de esta enfermedad, pero pasaron inadvertidos porque con frecuencia los brotes ocurren en comunidades donde no hay acceso a la asistencia sanitaria. Es por esto que para detener la propagación del virus, se ponen en marcha varios planes al mismo tiempo.
Comentario: Visto que la Gran Peste fue causada muy probablemente por un virus relacionado a fiebre hemorrágica como la que produce el Ébola, estos nuevos casos son una importante señal de los tiempos.
La aparición repentina de enfermedades, plagas, o pestes durante la historia humana (o en la actualidad) constituye un indicio de que quizá algo proveniente del exterior ingresó al ecosistema terrestre. Hay suficiente evidencia acumulada como para considerar esta hipótesis altamente probable. De ser así las consecuencias posibles de los impactos de cuerpos celestes en la tierra, además de las derivadas del impacto en sí mismo y de las ondas electromagnéticas generadas, podrían traer consigo nuevas variedades de virus con información genética diferente, es decir, enfermedades jamás vistas y nuevas combinaciones genéticas.
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