- Autoridades creen que, a fin de cortar puestos, se promovió sufrimiento laboral.
- Trabajadores denuncian despidos masivos, traslados forzosos y estrés.


Didier Lombard
© DesconocidoDidier Lombard (der.) y Louis-Pierre Wenes, exdirector de la empresa Orange, en una foto del 28 de noviembre del 2007, en París. Las autoridades investigan si las decisiones de ambos propiciaron las muertes en FT.
La Justicia francesa imputó a la empresa France Télécom (FT) por presunto acoso moral en relación con una serie de suicidios de sus empleados, registrados en últimos años y después de que el jueves se presentaron cargos contra su expresidente, Didier Lombard.

El sumario abierto por la Justicia afecta a la investigación sobre las muertes de empleados de la empresa entre los años 2008 y 2009, según precisó una de sus abogados, Claudia Chemarin, a medios locales franceses.

Sin embargo, de ampliarse el periodo a partir del 2007, la cifra de suicidios asciende a 44.

Del 2008 al 2009, se registraron un total de 35 suicidios, según cifras de la dirección y los sindicatos de France Télécom, en un período cuando la empresa llevó un proceso de transformación que incluyó reducciones de empleo y traslados de empleados en condiciones tales que estos fueron vinculados por representantes de los trabajadores con las muertes.

Este proceso judicial supone la primera vez que una empresa que cotiza en la Bolsa de París, y forma parte del principal índice empresarial (el CAC 40) es imputada por acoso a los trabajadores, destacó la prensa de Francia.

De igual modo, Lombard también resultó imputado el jueves anterior por el mismo cargo poco antes de serlo la propia compañía.

En un artículo publicado esta semana en el diario Le Monde, Lombard aseguró que cuando estuvo al frente de la empresa, entre 2005 y 2010, tuvo que aplicar una serie de "planes indispensables para la supervivencia de la empresa" ante los cambios en el sector, pero negó que eso hubiera "podido ser la causa de los dramas humanos", en referencia a los suicidios.

Precisó que en el terreno de recursos humanos, hubo que formar a empleados en las nuevas tecnologías, contratar a "jóvenes talentos formados en el mundo digital y prepararse a la salida masiva de asalariados" que habían entrado en el grupo en los años 1980.

El gran objetivo. Sin embargo, los sindicatos de la compañía ligaron los suicidios a condiciones agobiantes de trabajo, traslados relámpago que debían encarar los trabajadores por la reestructuración y presión incesante de los jefes a los empleados a fin de cumplir determinados objetivos comerciales.

Los cambios eran tales que, de un día a otro, un operario experto en tender cables en la calle pasaba a atender averías por teléfono.

Un informe de la Inspección de Trabajo vincula intentos de suicidio documentados a la política de manejo de personal de la empresa.

Esa investigación del 2010 concluye que las intenciones de la empresa, con su terminante e incesante política de traslados y cambios de actividad, era minar la moral de su personal y suprimir 22.000 puestos de trabajo, de los 100.000 con que entonces contaba France Télécom.

La oleada creciente de suicidios, las críticas de los sindicatos, la descripción de las condiciones de trabajo y su repercusión en la prensa provocó cambios: en noviembre del 2009 dimitió el número dos de la empresa, Louis Wenès, considerado por los trabajadores el responsable de la política estresante de la compañía.

Pocos meses después, en febrero de 2010, Lombard también estaba dejando su cargo.