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La posibilidad de una salida de Grecia de la zona euro se reavivó hoy ante el incumplimiento de sus compromisos para reducir su elevado déficit, lo que se unió al peligro de una explosión social por la profunda crisis financiera y económica.

Este lunes crecieron las dudas de la troika acreedora(Comisión Europea, Banco Central y Fondo Monetario Internacional) de que el país heleno pueda rebajar la deuda pública, que lo ha hundido en una grave recesión a pesar de su programa de ajustes y austeridad.

Precisamente este martes arribará a Atenas un equipo de representantes de esos tres organismos para revisar el cumplimiento de las condiciones exigidas para las ayudas financieras otorgadas desde finales del pasado año.

Grecia no podrá cumplir sus objetivos de reducción del déficit este año y necesitará ayuda adicional, pero el FMI ya advirtió que no aportará nuevos fondos.

En febrero la troika autorizó una línea de crédito de 130 mil millones de euros a Grecia con un plan de reformas por parte del gobierno griego como contrapartida, a fin de neutralizar las dificultades de financiación que encontraba en los mercados financieros.

A inicios de julio, el FMI detectó retrasos en la aplicación del plan, pero excluyó toda negociación adicional, ahora efectuará otra revisión para comprobar si el rescate puede continuar antes de septiembre.

Paralelamente la secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos (CSI), Sharan Burrow, previó un sombrío panorama social para Grecia.

Consideró que cuando una nación pierde la esperanza y su fe en las instituciones democráticas y vacila, la explosión social es de los empleados.

Al respecto, afirmó que los expertos del FMI no son conscientes del peligro que existe en Grecia, ya que sólo piensan en cifras.

Actualmente, recordó, el 50 por ciento de los jóvenes en Grecia están sin empleo y que el 65 por ciento de la población está al borde de la pobreza, por lo que los acreedores internacionales deben pensar de nuevo sobre la política que aconsejaron.

Según un estudio de la CSI, los ingresos de un 91 por ciento de los griegos se han reducido desde el comienzo de la crisis, mientras un siete por ciento permanecieron estables y solo los ingresos de un tres por ciento de los empleados griegos aumentaron.

Burrow solicitó el restablecimiento del salario mínimo en el país helénico y de las pensiones a sus niveles de antes para que la gente pueda vivir con dignidad.