El gobierno de Barack Obama está listo para empezar a recibir desde este miércoles solicitudes de más de un millón de jóvenes indocumentados para diferir su deportación, una medida calificada por la oposición republicana de "amnistía", y que robará empleos a los estadounidenses.

"A partir del 15 de agosto de 2012 las personas podrán presentar sus papeles para que se considere la Acción Diferida", como se conoce al proceso, anunció ayer en una teleconferencia el jefe del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), Alejandro Mayorkas.

La decisión de cesar la deportación de los jóvenes indocumentados que hayan llegado a Estados Unidos con menos de 16 años y cumplan con ciertos requisitos, como haber estudiado o ser veteranos militares, y carezcan de antecedentes criminales, fue anunciada por el gobierno de Obama en junio.

Esta medida, un anhelo de años de los indocumentados, legisladores y grupos de defensa de los inmigrantes, "no brinda un estatus legal ni una vía hacia una residencia permanente o ciudadanía", aclaró Mayorkas.

El gobierno ha dicho que más de 800,000 personas podrían beneficiarse del aplazamiento y de un permiso de trabajo temporal, vigente por dos años con posibilidad de renovación.

Pero centros de estudios demográficos estiman que entre 1 y 1.2 millones de personas podrían solicitar inmediatamente el beneficio, y entre 500,000 y 700,000 adicionales progresivamente, a medida que vayan cumpliendo la edad mínima de 15 años para ser candidatos a la solicitud.

Obama anunció la medida en medio de una combativa campaña electoral para las elecciones presidenciales de noviembre, cuando tanto el mandatario como su contrincante republicano, Mitt Romney, cortejan activamente al cada vez más importante voto hispano.

Una gran parte de los indocumentados en Estados Unidos (11.5 millones en total) son de origen latinoamericano.
El mandatario tomó la medida administrativa, que provocó irritación entre los republicanos, luego de no haber podido lograr una reforma migratoria integral, una de sus promesas durante la campaña de 2008.

El USCIS divulgó ayer las planillas que los jóvenes deben rellenar para presentar la solicitud, que tendrá un costo de 465 dólares, lo que producirá los fondos para costear el proceso de registro.

El gobierno está preparado para recibir "cualquier volumen" de solicitudes desde el miércoles, garantizó un funcionario del gobierno que solicitó el anonimato, quien indicó que el proceso puede tomar varios meses.

"Estamos comprometidos en realizar este proceso de manera eficiente así como minimizar cualquier impacto" sobre otros procesos migratorios, dijo el funcionario.

Los beneficiarios, de hasta 30 años de edad, serán sometidos a una rigurosa revisión de sus antecedentes, dijo la fuente, que garantizó no obstante que la información suministrada por los solicitantes no será compartida con otras agencias migratorias.

Las autoridades han advertido que si detectan fraude en una solicitud, el solicitante será tratado como una "prioridad" para la deportación.

Los interesados deben pagar una tarifa de 465 dólares y presentar documentos escolares, médicos, financieros o militares para demostrar que cumplen con los requisitos.