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Grecia. Durante cuatro días seguidos un incendio provocado sigue arrasando las montañas y los cultivos de la isla de Quíos. La catástrofe provocada es enorme. No se trata simplemente a un fenómeno natural. La isla se tiene que quemar en aras del desarrollo, en aras de entregarse al Capital, a los varios "inversores" griegos y colonialistas, quienes van a profanar su cuerpo muerto sembrando aerogeneradores por todas partes. Se trata de esta chusma de los nuevos parásitos del capitalismo destructivo, que ha descubierto este negocio rentable y no tiene el menor escrúpulo en destrozar por completo el medio ambiente del país y del planeta entero.El coautor de esta atrocidad no podría ser otro que el Poder. El Estado ha dejado el país sin ningunas infraestructuras de defensa contra incendios, sin ninguna previsión o planificación, sin personal especializado en la extinción de fuegos. Lo están haciendo adrede. Quieren quemar el país entero para entregar luego su cuerpo presa a los depredadores del desarrollo. Los habitantes de la isla, junto con los bomberos y los voluntarios están tratando de salvar lo que puedan, al tiempo que el primer ministro y las autoridades locales, para desorientar a los tele-espectadores han montado una pelea ficticia y hacen que le culpa uno al otro.
Merece la pena mencionar el caso de una compañía naviera, que se ha negado a modificar ligeramente el itinerario del barco Nissos Míkonos para transportar a voluntarios y vehículos de la isla de Ikaria a ayudar a la extinción del incendio en Quíos. ¿A quién le extraña su actitud? Sólo a los que se han tragado la propaganda sobre el supuesto patriotismo de los armadores griegos. Como hemos mencionado en entradas anteriores, los armadores griegos (y no sólo griegos) son los capitalistas más crueles, despiadados e inhumanos.
A continuación publicamos un texto publicado en la página web de Quíos
www.chiosnews.com.Holocausto. Quíos ha muertoEl ministro de la Troika[1] Musurulis y las hordas de los agentes locales que hasta ayer apoyaban el desarrollo de la soberbia (hybris) y la destrucción, quienes estaban dispuestos a rendir la isla a manos de la multinacional de los aerogeneradores para convertirla en una fábrica, hacen un descanso de tres días jugando el papel de las "autoridades que están en reunión para hacer frente a la vorágine del fuego", y a partir de mañana otra vez, como si no hubiera pasado nada, se dedicarán con esmero a la prostitución de nuestro país.
El ministro de la Troika Musurulis y las hordas de los políticos obsesionados con el desarrollo, que hasta ayer estaban suplicando a los "inversores" colonialistas, calificando la isla como un pedregal de montañas secas y aplicando durante años una política de "desarrollo" que ha conducido a la miseria económica total, así como a la catástrofe de la isla, no tienen ninguna diferencia en absoluto de las hordas de turcos que masacraron a la población e incendiaron la isla de Quíos en 1822.
Basta con las hordas de los destructores. Hagamos una vez más de este holocausto contemporáneo de Quíos una inspiración de sentimientos de amor a nuestra tierra.
Debemos rescatar lo que ha quedado de nuestra isla y de las otras islas de Grecia, de la vorágine de la venta y del "desarrollo" que les darán el golpe de gracia.
Exigimos la renuncia de todos. Del ministro, del diputado, del alcalde, del jefe magistrado de la región y de los concejales. Es lo mínimo que pueden hacer los asesinos de nuestro país.
Exigimos que no hablen nunca más de ninguna "inversión" de este tipo en la isla, la cual la ha conducido a la catástrofe.
Exigimos la protección del medio ambiente natural de la isla de la edificación ilegal, de los planes destructivos de la multinacional Iberdrola y de cualquier amenaza futura que aparezca de nuevo con el pretexto del "desarrollo".
La isla de Quíos ha sido herida y permanecerá herida durante muchos años, para recordar a todos los resultados de nuestra política y de nuestra actitud.
Exigimos a la Unión Europea y a cualquier gobierno griego a respetar su cuerpo gravemente herido y protegerla, a dejarla en paz a sanar sus heridas. Cualquier debate sobre "inversiones" y "desarrollo", con los términos conocidos hasta hoy, ya sólo profanación del cuerpo del muerto se puede llamar.
[1] Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Unión Europea.
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