Más de doscientos pingüinos han sido rescatados tras la última fuga de petróleo ocurrida el pasado 2 de septiembre en las costas de Sudáfrica. El Gobierno sudafricano ha gastado más de cuatro millones de dólares para limpiar los restos del derrame de crudo.

Este derrame de petróleo proveniente del carguero turco Seli 1 ha contaminado dos playas de Ciudad del Cabo (suroeste) y está amenazando la vida marina, dijeron las autoridades.

El Departamento de Gestión del Riesgo de Desastres (DIM) en Ciudad del Cabo ha emitido una advertencia sobre el peligro que representa el derrame para la vida marina, especialmente para los pingüinos africanos, una especie en peligro de extinción, y otras aves marinas.

El derrame también llevó a la Autoridad Marítima de Sudáfrica a prohibir cualquier tipo de actividad recreativa en varias playas afectadas por el derrame, incluyendo Dolphin Beach y la playa de Bloubergstrand, una de las playas más populares de la península.

El carguero, naufragado desde 2009, se fragmentó el pasado 2 de septiembre en tres pedazos a causa de una tormenta y por las malas condiciones meteorológicas que impidieron las operaciones de limpieza, precisaron los servicios de socorro.

"Parece que la marejada y las grandes olas observadas movieron el buque y causaron el vertido de petróleo de éste", había indicado el portavoz de la oficina de gestión de desastres de Ciudad del Cabo, Wilfred Solomons-Johannes.

La nave, registrada en Panamá, transportaba 30 mil toneladas de carbón y 600 de fuel oil pesado (mezcla de hidrocarburos alifáticos y aromáticos del petróleo) cuando naufragó por problemas de motor el 7 de septiembre de 2009 frente a Ciudad del Cabo, camino de Gibraltar.

Desde entonces permaneció allí, y las autoridades sudafricanas han pedido desbloquear 40 millones de rands (4,7 millones de dólares) para retirar los restos.