Obispo Martín de Tours
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México. Sólo uno de los más de 270 niños en edad escolar de la Nueva Jerusalén asistió este martes al arranque de clases ofrecido por el gobierno de Michoacán en las aulas provisionales instaladas en la comunidad de La Injertada.

La mayoría de los padres de familia de la comunidad religiosa se mantuvieron firmes y no enviaron a sus hijos a clases.

El vocero del llamado grupo liberal, Emiliano Juárez, afirmó que aceptar clases fuera de la Nueva Jerusalén es darle la razón a los radicales que rechazan la educación laica.

Además, rechazó que la negativa de enviar a sus hijos a tomar clases a La Injertada constituya un "capricho" como lo ha denominado el gobierno del estado.

La sociedad de padres de familia disidentes propuso al líder de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Jorge Cázares Torres, como su representante ante el gobierno michoacano.

Incluso, dijeron que ellos no quieren tener ya trato con las autoridades estatales, porque no cumplen los acuerdos.

Señalaron que aceptar clases fuera de la Nueva Jerusalén significaría cumplir los caprichos de los seguidores del obispo San Martín de Tours que insisten en que las escuelas que destruyeron dentro de la Nueva Jerusalén se edifiquen fuera y lejos, porque rechazan la educación laica y prefieren la parroquial.

El secretario de gobierno, Jesús Reyna García, anunció ayer que la escuela provisional instalada por el gobierno del estado en La Injertada consta de manera inicial de cuatro aulas equipadas, pero continúa la construcción de un área de sanitarios y falta por terminar cinco aulas más, para brindar el servicio educativo a los 270 alumnos de preescolar, primaria y secundaria.

Prevalece la tensión

Mientras, en la Nueva Jerusalén se vive un ambiente de tensión desde el pasado 6 de julio cuando unos 40 presuntos seguidores del obispo Martín de Tours provistos de picos y marros derribaron e incendiaron las escuelas primaria "Vicente Guerrero" y de preescolar, "porque son del diablo".

Derivado de ello, el secretario de Gobierno encabezó diversas reuniones con los grupos del obispo Martín de Tours y de los disidentes que dirige Santiago Mayor, quienes incluso el pasado 18 de julio arribaron a un acuerdo de respeto, civilidad y de no violencia tendiente a buscar una solución conjunta al conflicto.

Sin embargo, luego surgieron las diferencias con la búsqueda de un terreno para construir las escuelas derribadas, pues el bando religioso creyente en la virgen del Rosario determinó que deben edificarse fuera de la Nueva Jerusalén, en tanto que grupo disidente asegura que debe ser dentro del poblado.

Después el 19 de agosto, el problema empeoró porque los religiosos se plantaron en la entrada y colocaron cadenas en la puerta de la comunidad para impedir el acceso de los maestros que al día siguiente empezarían el ciclo escolar, lo cual motivó un enfrentamiento a golpes entre ambos grupos.

El conflicto se agravó el día 20 de agosto, en los momentos en que los religiosos reforzaron las cadenas y de nueva cuenta impidieron el paso a los mentores y agredieron a golpes y a pedradas a los disidentes, también identificados como laicos, con saldo de tres heridos.