psiquiátrico en China
© China Photos/Getty ImagesPsiquiátrico en China, 24 de agosto de 2008.
Wang Wenhua estaba atendiendo su compañía de licor en la provincia de Henan en julio pasado cuando una ambulancia se detuvo en la puerta. Seis hombres lo apresaron y lo sostuvieron contra el suelo, quitándole su teléfono celular y un reloj Rolex; lo hicieron subir al vehículo y lo trasladaron al Instituto Mental de Zhengzhou, donde fue declarado "mentalmente enfermo", a pesar de sus protestas en contra.

El incidente fue informado recientemente por Dahe Times, subrayando cómo el sistema psiquiátrico puede ser fácilmente manipulado y abusado en China. A menudo es el servicio de seguridad del Partido que declara a las personas mentalmente sanas "enfermas" y las encierra como castigo. Se han documentado tales abusos contra peticionarios disidentes y practicantes de Falun Gong.

Pero el caso de Wang Wenhua demuestra cómo el sistema también puede ser abusado por personal privado que alberga un rencor. En algunos casos pueden pagar a los médicos, enfermeras y policías. En el caso de Wang, el titiritero fue su ex esposa, quien hizo un informe falso que Wang estaba loco y necesitaba tratamiento. No está claro si hubo intercambio de dinero.

La historia se informó solamente en China porque parecía mostrar la justicia en acción: una corte del distrito en Henan dictaminó que el Instituto Mental de Zhengzhou debe a Wang, de 49 años de edad, una disculpa y 30.000 yuanes (4.822 dólares) por la angustia emocional.

Cuando llegó al hospital Wang fue atado de pies y manos a una cama de hospital por 24 horas, mientras que los médicos y enfermeras le aplicaban alimentación forzada y le inyectaban medicamentos. No le fue dicho que drogas le colocaban.

Wang era golpeado si trataba de aclarar que no estaba loco, o cuando sentían que no cooperaba. No le permitieron caminar fuera de su habitación de hospital o salir a un pasillo.

El tercer día del tratamiento, logró pedir prestado un teléfono celular de un miembro de la familia de otro paciente y pidió ayuda a su familia.

Su hermano llegó con un abogado y exigió la liberación de Wang. El personal se resistió inicialmente, pero se le permitió salir. En el proceso salió a la luz que era Yin Hong, la ex esposa de Wang, quien había reportado en el hospital que Wang estaba mentalmente enfermo y necesitaba "tratamiento".

Un psiquiatra en la Universidad de Zhengzhou relató al diario Dahe que mientras alguien no supone una amenaza para la sociedad, no es necesario institucionalizarlo. Los potenciales enfermos mentales deben primero ser diagnosticados clínicamente antes de ser admitidos en un hospital mental.

Internautas chinos comentaron que el caso parece demostrar el inadecuado cumplimiento de la ley en China, que hubiera impedido el tipo de castigo que Wang recibió.

Un internauta chino de Tianjin sugirió sarcásticamente que los hospitales mentales pueden fácilmente mejorarse como un campo de concentración de nivel superior, específicamente diseñados para atrapar a personas sanas que no tienen poder.

Otro dijo que aunque China aprobó una ley de salud mental, problemas graves permanecen. No es sino hasta que cuando ciudadanos inocentes son falsamente encerrados en estos lugares que entienden la importancia de la libertad, escribió él.

"La gente puede ser enviada casualmente a campos de trabajo e ilegalmente institucionalizados. Este sistema social de enfermos mentales es aterrador", dijo otro internauta llamado Tie.