Comentario: considerando el evidente poco interés por la salud de la población y a sabiendas que estos grupos de poder no dan puntada sin hilo, resulta mucho más probable que este tipo de mega-investigaciones (llamativamente iniciadas en un momento de grave crisis económica) esté destinada a incrementar el conocimiento de la neurociencia para refinar las formas de control social.


El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado un ambicioso proyecto para estudiar el cerebro humano y hallar nuevos tratamientos para enfermedades tan devastadoras como el alzhéimer, el párkinson, la esquizofrenia o el autismo.
Imagen
© DesconocidoObama, minutos antes de presentar la investigaciñon en la Casa Blanca
El proyecto parte de una inversión inicial de cien millones de dólares (77 millones de euros) con cargo al presupuesto de 2014 que la Administración Obama liberará la semana próxima.

La iniciativa «Cerebro» quiere acelerar el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías para permitir a los investigadores obtener un mapa dinámico del cerebro que muestre cómo interactuan los complejos circuitos neuronales. Estas tecnologías permitirán entender cómo el cerebro graba, procesa, utiliza y almacena la ingente información que recibe a cada minuto

Los cien millones anunciados permitirán poner en marcha un proyecto que necesitará más apoyo económico. La administración Obama implicará al Pentágono, agencias federales, científicos y al sector privado para crear ese «Mapa de la Actividad Cerebral» que requerirá una inversión de, al menos, 3.000 millones de dólares en diez años.

La Oficina de Iniciativas en Política de Ciencia y Tecnología será la encargada de los detalles del proyecto, en el que participarán también los Institutos Nacionales de Salud, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados para la Defensa y la Fundación nacional de Ciencias.

El objetivo es lograr un mayor entendimiento de la compleja actividad cerebral y contribuir también al desarrollo de tecnología para entender enfermedades graves e incurables como el alzhéimer o el párkinson.

La última frontera

«La exploración de cómo funciona el cerebro es la última gran frontera», dijo Story Landis, director del Instituto nacional de Trastornos Neurológicos e Infartos. «Este es el momento: hay oportunidades maravillosas para empujar la frontera de las ciencias cerebrales».

El estudio de las complejas estructuras neuronales del cerebro podría combinar herramientas tradicionales como la imagen de resonancia magnética con tecnologías novedosas como los nanosensores y las sondas inalámbricas de fibra óptica implantadas en el cerebro, o células modificadas genéticamente que puedan conectarse con células del cerebro para registrar su actividad.

Megaproyectos en época de recortes

La medida no ha sido tan bien acogida por el mundo científico, como se esperaba. En tiempos en los que los científicos encaran, al igual que todo Estados Unidos, la necesidad de recortar los gastos, algunos expertos opinan que no es el momento de desviar fondos para «mega proyectos» que quiten recursos a iniciativas más individuales y variadas.

«Alguien tendría que explicarle al Congreso por qué es tan importante la investigación básica en lugar de coquetear con los legisladores ofreciéndoles bazofia científica en grande», escribió en su blog el biólogo Michael Eisen, de la Universidad de California, después de que el diario The New York Times anunciara el mapa. «Una cosa es que se asignen fondos para la neurociencia», añadió. «Otra cosa es que tengamos un proyecto centralizado de diez años para resolver el cerebro».

Cien mil millones de neuronas

El cerebro humano, compuesto por unos 100.000 millones de neuronas que responden a estímulos eléctricos y por áreas de actividad consciente e inconsciente, tiene un sistema de complejidad tal que los científicos no han podido registrar más que la actividad de unas pocas neuronas a la vez.

Además de las nuevas nanotecnologías, el plan movilizará la enorme capacidad de procesamiento, análisis y combinación de datos en las computadoras. Entre los participantes de la planificación se cuentan firmas como Google, Microsoft y Qualcomm, indicó el Times.

La elaboración del mapa del cerebro «comprende el estudio de la anatomía y la función del cerebro y la médula espinal con el uso de instrumentos intraoperativos, microscópicos, endoscópicos y funcionales, la inmuno histoquímica, las células madre y la nanotecnología», explicó Michael Roy.