Cualquier país que lleve una política independiente del capitalismo global y se esfuerce para mejorar su propia posición y las condiciones de vida de su pueblo se convierte en un blanco del imperialismo estadounidense.

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© AFP/Nicholas kamm
Esta es la opinión del analista político estadounidense Michael Parenti desgranada en una entrevista con la emisora La Voz de Rusia.

"Cualquier líder que use los recursos y la mano de obra de su país para la prosperidad y el autodesarrollo de su pueblo es visto como malvado y hostil hacia Estados Unidos y Occidente", dijo.
Y cualquier país que pueda seguir su propio camino y hacer lo que decida, cualquier país que pueda excluir a EE.UU. y a la plutocracia occidental, ese país se convierte en un obstáculo para las ganancias y el dominio de estos últimos
Mencionando los ejemplos de Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria o Irán, el experto afirmó que para las élites imperialistas existen solo dos tipos de país: satélites y enemigos.

"Y cualquier país que pueda seguir su propio camino y hacer lo que decida, cualquier país que pueda excluir a EE.UU. y a la plutocracia occidental, ese país se convierte en un obstáculo para las ganancias y el dominio de estos últimos", resaltó Parenti.

Por eso EE.UU. demoniza a los líderes de esos países, sostuvo el experto recordando a Slobodan Milosevic, Muammar Gaddafi, Sadam Husein y Bashar al Assad.

El autor de varios libros sobre geopolítica, señaló que la política de Occidente está dirigida a asegurar el capitalismo global y sus inversiones en él.

"Es una guerra de clases, muy bien disfrazada bajo cosas como la seguridad, las elecciones democráticas y las guerras humanitarias o la lucha contra el genocidio y el terrorismo", añadió.

Hablando de Oriente Medio, Parenti dijo que Occidente no interviene en los países gobernados por dictadores y asesinos mientras esos líderes dan acceso al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a los inversionistas plutócratas occidentales, "convirtiendo a su pueblo en una fuerza laboral que funciona a nivel de servidumbre".

"EE.UU. apoyó a algunos de los peores y horribles líderes, en Afganistán, por ejemplo", dijo el experto en referencia a los muyahidines que lucharon contra los comunistas en la década de los 80 del siglo XX.

"Washington apoyaría al propio diablo", exclamó.

Según el analista, a Occidente le enfada todo lo que se parece a una democracia social. "No buscan desarrollo, sino explotación", subrayó