Una inusual combinación de frío y humedad ambiental puede crear unos fascinantes cristales de nieve que caen bajo un cielo despejado.

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Las extremas condiciones climáticas que se registran en las zonas cercanas a los círculos polares de la Tierra son el escenario ideal para contemplar algunos fenómenos meteorológicos capaces de dejar con la boca abierta a todo aquel que los contemple.

Si hace algún tiempo descubríamos la belleza de los «campos» de flores de hielo del océano Antártico, en esta ocasión es Emilio Rey, el hombre del tiempo de internet, quien a través de su blog «Tumeteo» nos descubre un fenómeno tan hermoso como poco conocido: los copos de polvo de diamante.

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© ABC"Campos" de flores de hielo en la Antártida, mayo de 2013
El polvo de diamante consiste en una especie de lluvia de pequeños cristalitos de hielo de forma hexagonal que solo se forman cuando se combinan un frío muy intenso, cielos despejados y una cierta humedad atmosférica. Según el periodista y divulgador meteorológico José Miguel Viñas este fenómeno es relativamente habitual en latitudes altas en invierno.

Para la formación de estos cristales no es necesaria que la humedad ambiental sea muy elevada, ya que la responsable es la baja temperatura del aire, que provoca que el vapor de agua presente en la atmósfera se convierta en cristales de hielo que parecen caer de ninguna parte. Este fenómeno recibe el nombre de polvo de diamante porque, al producirse con cielo despejados, cuando es de día y luce el sol, los pequeños prismas de hielo actúan como minúsculos espejos que les confieren el aspecto de pequeños diamantes flotantes.

Según narra Emilio, la necesidad de contar con unas condiciones atmosféricas tan concretas y extremas convierte al polvo de diamante en un fenómeno tan espectacular como difícil de observar. Sin embargo, durante un viaje a Laponia en 2010, el meteorólogo tuvo la suerte de vivir esta singular experiencia, además de recogerla en un vídeo que, seguro, os dejará con la boca abierta.