La presidenta, que recorría la zona, debió ser evacuada en Arica, en el norte del país. El martes, un fuerte terremoto dejó seis muertos y casi un millón de evacuados.
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© WebCesó el alerta pero quedaron los destrozos de la replica.
Las autoridades chilenas levantaron la orden de evacuación de todo el litoral del país que decretaron esta medianoche a raíz de un fuerte seísmo de 7,6 grados Richter registrado en el extremo norte del país, castigado el martes por un terremoto de 8,2 grados.

"Las personas pueden retornar tranquilamente a sus domicilios", dijo el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, tras conocerse que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) canceló la alerta de tsunami para toda la costa, de 5.300 kilómetros.

Anoche, mientras el país intentaba recobrar la calma, dos fuertes réplicas de 6,4 y 7,8 grados en la escala de Richter afectaron las regiones de Arica, Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Según el Centro Sismológico Nacional, el epicentro se ubicó a unos 50 kilómetros al oeste de Alto Hospicio y la profundidad fue de 34,5 kilómetros. Tras el alerta de tsunami, la población de las localidades costeras del país fueron evacuadas, especialmente en Arica, Iquique y Antofagasta.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, quien se encontraba revisando anoche los daños en Arica (2.100 km al norte de Santiago), debió ser evacuada a uno de los cerros de la ciudad, según informó el canal estatal TVN. La mandataria fue trasladada desde el hotel donde pernoctaba en Arica, situado a 40 metros del mar, hasta una parte alta de la ciudad.

Ricardo Toro, director de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), dijo que la nueva ola ya había llegado a algunos lugares del borde costero del país. Hasta esta madrugada, las autoridades chilenas no anunciaron sobre víctimas o mayores daños materiales producto del nuevo sismo.

Los habitantes de las ciudades de Arica e Iquique salieron despavoridos de sus casas alertados por las sirenas que indicaban la evacuación desde la costa hacia zonas elevadas a más de 30 metros de altura, según imágenes difundidas por la televisión chilena.

Con una rápida reacción y un sistema de prevención que funcionó aceitadamente pese a algunos sobresaltos, el gobierno de Michelle Bachelet organizó ayer con éxito la masiva evacuación de casi un millón de personas y logró conjurar el temor nacional por el terremoto de 8,2 grados en la escala de Richter y amenaza de tsunami que el martes a la noche sacudió al norte del país. Ante la conmoción, la presidenta viajó con parte de su Gabinete al lugar, al que declaró "zona de catástrofe".

El último relevamiento realizado por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) había confirmado que seis personas murieron tras el sismo del martes.

Muchos de los evacuados comenzaban anoche a retornar a sus hogares antes del nuevo alerta. Tres de las víctimas fatales fueron por paros cardiorrespiratorios; otras dos, aplastadas por derrumbes; y la última, debido a una caída durante la evacuación.

El epicentro del terremoto fue en el mar, a casi 90 kms de la costa frente a Iquique. Las regiones más afectadas fueron las de Arica, Parinacota y Tarapacá, donde unas 2.500 viviendas resultaron destruidas. También hubo daños significativos en hospitales y los sistemas de electricidad y agua potable.

Ocho importantes rutas seguían cortadas por roturas en el asfalto. Parte del suministro eléctrico y del agua pudieron ser restablecidos.