Un equipo de científicos del Instituto de la Criósfera de la Academia de Ciencias de Rusia y del Centro de Investigación del Ártico acudió hasta la península de Yamal, en Siberia para averiguar el origen del gran cráter de 60 metros que ha asombrado al mundo. Tras descender por el hueco, los investigadores apuntan a que el foso pudo haberse formado por una explosión debida a la acumulación de gas de esquisto bajo tierra, tal como informa RT.com
agujero yamal
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Primero estudiaron su radiación de fondo y dedujeron que no había ninguna peligros. Asimismo dudan que el cráter provenga de una explosión o una caída de meteorito, pues alrededor del agujero no encontraron resto alguno de carbonización.
agujero yamal
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Los expertos también exploraron la zona donde cayeron los pedazos de tierra arrojada fuera. Los fragmentos pequeños más distantes se encontraban a unos 120 metros de los bordes del foso.

Vasili Bogoyávlenski, director adjunto de ciencia del Instituto de los Problemas de Petróleo y de Gas de la Academia de Ciencias de Rusia, comentó en una mesa redonda dedicada al tema de la exploración científica del Ártico que la aparición del foso se debió probablemente a que las acumulaciones de gas de esquisto superaron la presión bajo tierra. Ello causó una explosión, pero sin la aparición de fuego. Bogoyávlenski subrayó que los accidentes de este tipo pueden suceder también en los campos petroleros.
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Segundo foso

Por su parte, el diario ruso Rossiyskaya Gazeta divulgó este lunes información sobre el hallazgo de un segundo foso por parte de los pastores de Yamalia en la península Gydanskiy, cerca de la costa de la bahía de Taz. Se parece mucho al primero, aunque el diámetro es considerablemente menor: tan sólo 15 metros.

Sin embargo, no se trata de un descubrimiento como tal, pues según los pastores dicho foso apareció a finales de septiembre de 2013. Sin embargo, sólo ahora, después de tener conocimiento sobre el fenómeno similar ocurrido en la vecina península, decidieron informar sobre su existencia a las autoridades locales.