Este lunes 30 de mayo, en el Memorial Darcy Ribeiro de la Universidad de Brasilia se celebra la presentación del libro 'A Resistência ao Golpe de 2016', ('La resistencia al golpe del 2016'), adonde asistió también la presidenta destituida Dilma Rousseff.
© www.yahoo.com
En su discurso brindado durante el evento, la política brasileña declaró que "una oligarquía busca tumbar un Gobierno popular". "Este golpe tiene dos motivos: detener la investigación del caso Lava Jato e impedir que continúen las políticas de inclusión social", especificó la presidenta destituida.
Comentario: Y detener el avance de los BRICS y su influencia en toda el planeta, especialmente Latinoamérica, el patio trasero de Estados Unidos.
"Tenemos que usar la democracia contra el golpe", señaló Rousseff y denunció un "silencio que asusta" sobre la divulgación de las grabaciones de audio que ya causaron la renuncia de dos ministros del Gobierno de Michel Temer: el ministro de Planificación, Romero Jucá y el ministro de Transparencia, Fabiano Silveira.
Asimismo, tachó de un Gobierno de "hombres blancos, ricos, viejos y machistas" a la gestión de Temer.
La obra presentada en Brasilia reúne en 450 páginas textos sobre el proceso de 'impeachment' al que se enfrenta la política brasileña, escritos por abogados, maestros, políticos, periodistas, politólogos, líderes de movimientos sociales, y otros.
El escandalo con el Ministerio de Transparencia de Brasil
Este lunes, el ministro brasileño de Transparencia, Fabiano Silveira, ha dimitido tras haber sido grabado mientras brindaba iniciativas y acciones para que políticos aliados al actual mandatario interino, Michel Temer, impidan el avance de la Operación Lava Jato.
En los audios el político criticaba la investigación sobre corrupción que se llevaba a cabo dentro de la petrolera Petrobras. Según Telám, Silveira recomendó tomar medidas para obstruir las investigaciones y el avance de la mayor investigación de corrupción de la historia de Brasil.
Comentario: Seria realmente satisfactorio si el tiro de toda esta operación les saliera por la culata. Pero tal vez esto es un poco de pensamiento deseoso, ya que requeriría la participación de la población brasileña, la cual parece estar completamente polarizada gracias al trabajo de los medios de comunicación influyentes en Brasil. Todos controlados por grupos pequeños que desde el inicio quisieron ver la salida de Dilma Rousseff.