La apuesta hecha por EEUU en la revolución de esquisto no dio los resultados que el país norteamericano esperaba, escribe Dmitri Sergéev en su artículo para Zvezda.
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© REUTERS/ Mike Blake
A pesar de todas las acusaciones de que este fracaso fuera provocado, varios expertos citados por la cadena Zvezda consideran que las causas de esto son evidentes: las leyes del mercado.

Los gastos de extracción del petróleo de esquisto resultaron más altos que los precios de venta en el mercado. De allí todas las pérdidas de las empresas estadounidenses.

"Desde hace mucho tiempo los especialistas del sector venían advirtiendo a los productores de EEUU sobre este desenlace. No obstante, en el afán de obtener beneficios opacos y acabar con la presunta dependencia de las exportaciones del petróleo tradicional, el país norteamericano cayó en la fosa que cavaba [para otros]", escribe el periodista Dmitri Sergéev.

De esta manera, el periodista se refiere al hecho de que mientras los principales productores de petróleo del mundo estaban tratando de reducir su producción, EEUU la incrementaba. No obstante, esta actitud de las empresas estadounidenses no ha tenido el efecto esperado.

La caída de los precios del petróleo a nivel mundial, que de hecho fue iniciada por el inicio de la exploración de nuevos yacimientos en EEUU, afectó el rendimiento de las compañías estadounidenses de petróleo de esquisto.

Los ingresos se convierten en pérdidas

Recientemente, Financial Times comunicó que las extracciones en EEUU estaban sufriendo una caída. En su artículo, el medio llamó la atención a la considerable reducción de la tasa de producción de los taladros dentro del país.

El fracaso del sector, según Financial Times, será provocado por el hecho que las empresas estadounidenses han elegido un ineficaz método de extracción, relacionado con la perforación horizontal.

Resulta que a pesar de la simpleza de este método, su uso no permite asegurar la extracción de materias primas por un periodo largo de tiempo, requiere constantes correcciones y como consecuencia no garantiza ingresos.

"Sería mucho más eficaz aplicar el método de perforación vertical a pesar de que es más caro y difícil de realizar".

No obstante, el camino fácil elegido por los productores estadounidenses llegó a agotar rápidamente las reservas de sus yacimientos.

Otra evidencia que señala que el sector estadounidense del petróleo de esquisto experimenta serios problemas es la escasez del financiamiento crediticio. Los bancos no están dispuestos a prestar dinero a los proyectos desventajosos.

Al mismo tiempo, las empresas no cuentan con sus propios recursos porque todo lo que ganan lo gastan en exploración. Según los datos de la prensa estadounidense, la empresa Eagle Fort, considerada la locomotora del proyecto de esquisto lanzado por el país norteamericano, ha sufrido la mayor reducción de producción.

El mortal petróleo de esquisto

El petróleo de esquisto se extrae tras aplicar métodos relacionados con la pirólisis y las reacciones químicas.

El periodista subraya que, a parte de estos métodos, los estadounidenses extraen el petróleo de esquisto aplicando tecnología relacionada con la fractura hidráulica, que es muy contaminante y está prohibida en varios países. Las sustancias tóxicas que se liberan a raíz de su uso contaminan la roca y el agua subterráneas.

Sin embargo, la amenaza al medio ambiente no fue lo que obligó a los productores estadounidenses a reducir la extracción. Esto estuvo motivado a que varias empresas en EEUU se declararon en bancarrota. Entre estas compañías se destaca WBH Energy.

Según los últimos datos, citados por Sergéev, los gastos de 35 empresas exploradoras de EEUU superaron los 50 dólares por barril, mientras que el precio del petróleo en el mercado mundial solo recientemente ha recuperado ese nivel.

Los planes se frustran

A pesar de todos sus esfuerzos, el país norteamericano no se ha convertido en un jugador clave en el mercado de petróleo.

"El consumo supera el volumen de extracción en el país. Esta diferencia es de 300 millones de dólares. ¿Cómo en estas circunstancias puede el país norteamericano convertirse en exportador?", se cuestiona Konstantín Símonov, director del Fondo Nacional de Seguridad Energética de Rusia, citado por el periodista.

Por su parte, el ministro de petróleo de Arabia Saudí, Jalid Falih declaró que las esperanzas que varios analistas tenían sobre el renacimiento del petróleo de esquisto en EEUU eran irreales.

"Parece que en Riad consideren que la revolución de esquisto, que sobresaturó el mercado y provocó la caída de precios, ha terminado", recalca Sergéev.

Perspectivas

Sin embargo, las voces optimistas sobre la posibilidad de un renacimiento en el sector de petróleo de esquisto siguen sonando en EEUU. Los productores afirman que los ingresos obtenidos a raíz de la extracción de hidrocarburos de algunos yacimientos son capaces de cubrir los gastos incluso en caso de que el precio de petróleo se reduzca a los 30 dólares por barril.

Sin embargo, los mismos expertos sostienen que en la situación actual, el precio ideal para poder seguir extrayendo cómodamente el petróleo de esquisto debería alcanzar los 65 dólares por barril.

En Arabia Saudí no consideran que la posibilidad de un renacimiento del sector del esquisto en EEUU sea un motivo de preocupación. El ministro saudí Jalid Falih declaró que el mercado sería capaz de consumir los suministros estadounidenses porque la demanda por hidrocarburos sigue creciendo en el mundo.

Según el pronóstico de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la demanda diaria de petróleo en el mundo se situará en un futuro próximo 96,7 millones de barriles diarios, mientras que la extracción total de petróleo de esquito en EEUU no supera los seis millones de barriles diarios aproximadamente.

Por su parte, el jefe de la empresa rusa Rosneft, Ígor Sechin, declaró que los rumores sobre "la muerte del petróleo" tradicional son exagerados. Esta materia prima seguirá siendo la principal fuente de combustible en el mundo.

De acuerdo con Sechin, el crecimiento económico de los países en vías de desarrollo en los próximos años requerirá aumentar la oferta de los hidrocarburos líquidos entre 0,7 y 0,8 millones de barriles diarios.