frozen Buzzards Bay
© Ryan Canty / YouTube
"Los niños no van a saber lo que es la nieve". Así habló la "ciencia del clima" a principios del nuevo milenio.

Y entonces las oleadas de frío se hicieron tan fuertes y rápidas que los "científicos del clima" tuvieron que inventar un nuevo término para ellas: "vórtice polar". El que se encuentra actualmente en la mitad oriental de Norteamérica ha batido récords de izquierda a derecha, y me refiero a récords centenarios. Hace tanto frío en el Monte Washington en New Hampshire que literalmente es de fuera de este mundo: hace más frío allí que en Marte. ¿Y qué hay de esa tormenta superpoderosa en el noreste de Estados Unidos? Tuvieron que inventar un nuevo nombre para eso también.

El clima que nos dijeron que "pronto nunca más volverá a ocurrir" no sólo está ocurriendo en Norteamérica. El Reino Unido tuvo su mayor nevada en cuatro años a principios de diciembre. También hace un frío helado en la India, donde unas 70 personas han muerto a causa de la exposición al frío, y el desierto del Sahara (sí, uno de los lugares más calurosos de la Tierra) acaba de recibir una considerable nevada por segundo invierno consecutivo.


Pero esperen, dicen los "científicos del clima" y los activistas de sillón, "el tiempo no es lo mismo que el clima". ¡Touché! Recordemos, sin embargo, que estos mismos "expertos" decían que este tipo de tiempo climático que estamos viviendo "pronto se convertiría en cosa del pasado..."

En otras noticias, científicos más serios hablan de una inminente era de hielo. La profesora Valentina Zharkova, de la Universidad de Northumbria, informa que su modelo de los campos magnéticos del sol indica una "enorme reducción de la actividad solar durante 33 años entre 2020 y 2053, lo que provocará una disminución drástica de las temperaturas globales".

Naturalmente, es imposible predecir lo que constituye exactamente una "era de hielo", pero una cosa que sin duda no será, es una ola de calor incesante que provocaría la inundación de las ciudades costeras debido a que los casquetes de hielo se derretirían totalmente. Uno pensaría que alguien lo suficientemente miope como para dejar que su reputación entera dependiera de eso estaría hoy en día arrastrándose de vergüenza, ¡pero no! Al Gore, como toda la gente con mucha practica en mentirse a sí misma, considera que la congelación de Cape Cod demuestra que tenía razón desde el principio...

Erika Tarantal: Ésta es la calle Banks en Winthrop. Foto cortesía de Cheryl Reilly McSharry. Pienso en toda la gente guarecida a lo largo de la costa ahora mismo.
Los flautistas de Hamelín del Calentamiento Global

"No más nieve" dijo la versión de 2009 de Al Gore; "Mucha más nieve", dice el Al Gore de 2018. De acuerdo con ese "delator climático" pomposo, las tormentas de nieve masivas son "exactamente lo que uno esperaría" como resultado del calentamiento global causado por el hombre. A menos que no lo sean. Entonces eso es también lo que uno esperaría. Los mentirosos y fanfarrones son fácilmente identificables cuando, sin importar lo que digan, no pueden estar equivocados.

Para probar su punto de vista, Gore citó a Michael Mann, famoso por el Climategate -el mismo "científico" que fue abofeteado con un desacato a la corte por negarse a proporcionar datos previos que "comprobaban" el calentamiento global. Pero, ¿por qué revelaría sus datos cuando está claro que está involucrado en el trabajo de borrar intencionalmente la historia del clima global? Después de todo, todavía queda dinero por ganar: durante la recesión de 2008, Mann consiguió fácilmente medio millón de dólares a partir del paquete de estímulo "verde" de Obama.


Al Gore: Hace un frío mordaz en algunas partes de los Estados Unidos, pero el científico climático Dr. Michael Mann explica que eso es exactamente lo que deberíamos esperar de la crisis climática.
El frío mordaz provoca que los negadores de la realidad ataquen a través de sus canales liberales de moda favoritos. Como este reciente artículo de The Guardian titulado 'The 'imminent mini ice age' myth is back, and it's still wrong' ("El mito de la 'inminente mini era de hielo' ha vuelto, y sigue siendo incorrecto"). El autor, Dana Nuccitelli, es un "ambientalista" autodenominado que cree que los demócratas tienen las llaves para salvar a Estados Unidos del "Trumpocalipsis". Según dice, cada dos años el mundo es bombardeado por "afirmaciones de una era glacial", que luego son detectadas como "noticias falsas". También ha declarado que "no hay una teoría alternativa coherente y consistente al calentamiento global causado por el hombre", lo que es gracioso porque ya se ha demostrado tantas veces que el calentamiento global causado por el hombre es incorrecto que lo único que mantiene su "coherencia" es que es consistentemente incorrecto.

Teorías "ancestrales" de la era de hielo

Dejando a un lado el análisis científico de Nutticelli, los estudios sobre el enfriamiento global han sido publicados desde hace décadas. 13 estudios recientes y sus resúmenes están listados aquí. Si bien el concepto de repunte glacial de inicio acelerado está ganando fuerza, se están minimizando sus consecuencias potencialmente devastadoras. Este reporte tranquilizador, por ejemplo, nos asegura que una era de hielo "no será mortal para la raza humana" porque tenemos tecnología de calefacción. Cierto, la humanidad ancestral no tenía calentadores eléctricos, pero los cultivos modernos tampoco los tienen. EEUU acaba de ser testigo de otra congelación de cultivos por valor de miles de millones de dólares y China ha experimentado grandes pérdidas en los cultivos de frutas y hortalizas.

Nuestro período, el Holoceno, es relativamente cálido, pero eso no significa que permanezca así (sólo tiene poco más de 10.000 años). La mayor parte de la historia de la Tierra ha transcurrido en condiciones glaciales. Anticipar un clima mundial más cálido debido al aumento de los "gases de efecto invernadero", que en sí mismos ni siquiera son los principales determinantes de la temperatura, es históricamente insostenible.

Con esto en mente, en 1972, los geólogos George Kukla y Robert Matthews, alarmados por las bajas temperaturas de principios de ese siglo, enviaron una carta al Presidente Nixon advirtiéndole que:
... un deterioro global del clima, por orden de magnitud más grande que cualquiera que haya experimentado hasta ahora la humanidad civilizada, es una posibilidad muy real y, de hecho, puede ocurrir muy pronto.
Ese mismo año, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (American Association for the Advancement of Science) se preguntó cuándo terminaría el actual período interglacial, al afirmar:
En la escala de tiempo geológica, se estudió la calidez general y el patrón bipartito básico de los últimos 10.000 años de la historia de la Tierra (la parte transcurrida del Holoceno), que caracterizan a los períodos interglaciales. Se ha reconocido desde hace mucho tiempo que el óptimo climático pasó hace unos 6.000 a 7.000 años y fue seguido por un lento enfriamiento oscilatorio, interrumpido por episodios más suaves como el de los siglos X y XI.
No mucho después de eso, el tren del calentamiento global comenzó a moverse con fervor, dejándonos donde estamos hoy con los altos sacerdotes del calentamiento global atacando ferozmente la ciencia "negacionista".

A finales de los años 70, el científico Hubert Lambe lamentaba el estado de la ciencia climática, preguntándose cómo los alarmistas del calentamiento global podían desviar cantidades enormes de fondos hacia modelos informáticos que sólo servían para validar sus suposiciones iniciales. La clave de las "conclusiones" de ellos fue la noción de que el cambio climático podía ser contrarrestado por un aumento del apoyo público a las agendas gubernamentales para "arreglar" el "problema". Por eso, la idea de que el clima puede cambiar repentina y caóticamente y que nadie puede hacer nada al respecto tuvo que desaparecer.

Y desde entonces "la ciencia está establecida. Hay un 97% de consenso. No existe una teoría coherente y consistente alternativa al calentamiento global causado por el hombre". Pero sí que existe una que explica mucho más y que tiene que ver con la interacción entre el sol y la Tierra. Y en ningún otro lugar se explica de manera más concisa que en Earth Changes and the Human-Cosmic Connection ("Cambios planetarios y la conexión humano-cósmica").